Entre decenas de personas que disfrutaban de las playas de Cuyutlán destacaba Hugo, quien entre una notable alegría y destreza volaba su papalote. Comparte que, lamentablemente, este juego tradicional se está perdiendo entre las nuevas generaciones.
"Pues lo que pasa es que me gusta porque aquí aprovecho de que hay buen aire y está, el clima está muy adecuado para estar volando los papalotes. Desde que estaba chavalito me gustaba volar los papalotes, la verdad. Entre más alto lo vueles, más mejor es tu jerarquía"
Recuerda que en su niñez era emocionante elaborarlos y volarlos lo más alto que se pudiera, pues era el que triunfaba entre los demás.
"El tiempo cambia, ahora a los chavos ya no les gusta jugar con los papalotes, puro celular. ¿Qué materiales utilizaba anteriormente? Papel de China, periódico y plástico, palitos e hilos para cocerlos"
Menciona ser originario de la comunidad Ojo de Rana del municipio Marcos Castellanos, Michoacán, y que periódicamente visita Colima, principalmente las playas de Cuyutlán.
"Con mi familia, con mi mamá, mis hermanas y mi esposa y mis hijos. ¿Cuántos vienen? Aproximadamente somos unos 12 personas, la verdad pues está muy bien y aprovechar lo más que se pueda"
Para Hugo, volar un papalote es recordar parte de su niñez y todos los juegos que practicaba para entretenerse sanamente, por lo que no pierde oportunidad de volver a hacerlo cada vez que visita la playa.
"Invitar a los chavitos a que vuelvan a retomar estos pasatiempos que la verdad son agradables. Hay varios, mira, si te das cuenta, este, pero en realidad ahorita sí se les invita a que vuelvan a retomar estos, estos juegos por decirlos así, pero son sanos"