Por: Andrés Solis/@aasolisa
La industria automotriz en México es una de las principales generadoras de riqueza para el país. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, aporta 4.7% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y representa 21.7% del PIB manufacturero; es decir, uno de cada cinco pesos que genera la industria de manufacturas en el país, está relacionado con la fabricación de vehículos.
Tras la crisis de 2017 y el impacto de la pandemia por covid-19, el sector se recupera y en 2023 la producción de autos ligeros alcanzó 3.7 millones de unidades; las ventas locales llegaron a un millón 363 mil unidades y las exportaciones fueron del orden de 3.3 millones de unidades.
A noviembre de 2024 las ventas nacionales ya habían superado el millón 350 mil unidades.
Guillermo Rosales Zárate, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, destacó "para este 2024 de alrededor del 6.5%, esperamos cerrar por arriba de un millón 450 mil unidades..."
México cuenta con importantes clústers automotores en las regiones centro, bajío y norte, donde destacan las plantas de ensamble en los estados de Coahuila, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Estado de México y Puebla, que además de satisfacer la producción nacional, producen autos para exportar a los principales mercados del mundo, especialmente Estados Unidos y Europa.
Como sector estratégico de la industria, se incluyó como capítulo 23 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) y permaneció prácticamente sin cambios dentro del Tratado Comercial México, Estados Unidos, Canadá, el T-MEC, que será revisado en 2026.
En medio de esta coyuntura, el gobierno de Donald Trump amenazó con imponer aranceles a los autos fabricados y ensamblados en México para detener el ingreso de productos de origen chino entre las autopartes, lo que a decir del gobierno mexicano, generaría un mayor impacto en el mercado automotor estadunidense.
Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Economía, asegura, "allá en Estados Unidos están previendo que si hubiera un impuesto de ese tamaño, el precio final de los vehículos subiría en Estados Unidos tres mil dólares y el impacto inflacionario podría ser entre tres y cinco por ciento".
Ante esto, todo el sector automotriz se prepara para llegar en buenas condiciones a la revisión del T-MEC.
Gabriel Padilla Maya, director general de la Industria Nacional de Autopartes, señala, "tenemos que seguir haciendo un mayor conocimiento de las disposiciones que hay en el T-MEC, seguramente habrá una revisión de mayor profundidad hacia el 2026, una mayor exigencia; el resultado de esta revisión va a ser una mayor exigencia".