A raíz de la pandemia de Covid-19 la oferta de viviendas en México disminuyó en un 24 por ciento, de acuerdo al registro de viviendas, esto aunado a que se dejó de producir viviendas costeables para los trabajadores y otros factores más han ocasionado una crisis de vivienda en el país.
Un factor predominante en esta crisis es el aumento de los insumos para la construcción, al respecto la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) señaló que en 2023 hubo un incremento de entre el 12 y 17 por ciento en el precio de las viviendas debido al alza en las materias primas usadas en la construcción de inmuebles, como concreto, acero, cemento, aluminio y cobre.
En su reporte de Situación Inmobiliaria México el grupo financiero BBVA en 2022 señaló que hubo un aumento de ocho mil 876 viviendas terminadas; pero el número de las no vendidas tuvo un incremento del 11 por ciento con respecto a 2021, siendo el alto costo de la vivienda la razón principal de este hecho.
En atención a esta deficit vivienda, representantes del poder legislativo han hecho llamados al sector privado para que contribuyan a crear viviendas más accesibles y dejen de construir unidades habitacionales en zonas de la periferia de las ciudades.
En torno a esto el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) ha identificado que al menos el 50 por ciento de los trabajadores no pueden costear el precio de las viviendas construidas por la iniciativa privada.
Con el objetivo de desahogar esta situación, el gobierno federal propuso en febrero de 2024 una reforma a la ley de vivienda que permita que el infonavit construya viviendas accesibles para los trabajadores.
Entre los puntos clave de la reforma mencionada se encuentran que el Infonavit contribuya construyendo 75 mil viviendas al año, las cuales se deben encontrar cerca de los centros de trabajo, lo que generará además alrededor de un millón de empleos nuevos.