El 17 de octubre de 2019 ha quedado marcado en el calendario como uno de los momentos más difíciles que ha vivido Culiacán.
Han pasado dos años desde aquel día en el que las actividades cotidianas de un jueves cualquiera, fueron interrumpidas por el ensordecedor sonido de disparos que invadió en cuestión de minutos a toda la ciudad.
Lo que inició como una bananera frente a la Fiscalía General del Estado, pronto transformó a Culiacán en un campo de batalla donde el crimen organizado mostraba su poderío.
Todo era caos y confusión, vehículos abandonados, personas corriendo buscando refugio, mientras hombres encapuchados apuntaban con armas amenazando sus vidas.
Se esparcía el rumor: Ovidio, uno de los hijos del capo Joaquín "el Chapo" Guzmán, había sido arrestado, y en un intento de rescatarlo sus hermanos aterrorizaron y paralizaron a la ciudad.
Ovidio "el ratón" Guzmán, Presunto narcotraficante:
"Ya paren todo oiga, ya me entregué... ya no quiero que haya desmadres".
Las autoridades permanecían en total hermetismo, ningún lugar parecía seguro mientras vehículos incendiados bloqueaban las calles, y las redes sociales mostraban a los elementos de seguridad doblegados por los criminales entregando sus armas, y se veían cuerpos ensangrentados tirados en las calles.
La ciudad iba quedando desierta, resguardada por sicarios improvisados contratados esa misma tarde engrosando la estructura criminal.
El cuartel militar, su complejo habitacional, el C4, y demás puntos de vigilancia fueron sitiados por los hombres del cártel de Sinaloa, rebasando a toda autoridad.
Incluso, en medio del desorden 55 reos se fugaron del penal de Aguaruto.
Tras horas ininterrumpidas de disparos, alrededor de las 7 de la tarde, una calma aparente llegó finalmente junto a la noticia de que el Gobierno Federal había decidido liberar al hijo del capo con el pretexto de regresar la tranquilidad a Culiacán.
Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México
"Porque iba a perder la vida, si no suspendíamos el operativo, más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa, y se tomó la decisión, yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente".
Esa noche nadie durmió, de manera aislada en algunos sectores todavía circulaban camionetas con hombres armados paseando en las calles con total impunidad.
Hasta la mañana siguiente autoridades de los tres niveles de gobierno salieron a dar la cara, y en medio de declaraciones contradictorias confirmaron la detención e inmediata liberación de Ovidio Guzmán, resultado de un fallido y descoordinado operativo que dejó en evidencia la ineficiencia del Gobierno.
AGobiernos de ese Jueves Negro, no se sabe a ciencia cierta lo ocurrido, los expedientes del operativo fueron reservados por cinco años, y hasta entonces el "Culiacanazo" permanece como un mal recuerdo, la pesadilla que no se quiere volver a vivir.