Ante un añejo problema legal del que poco entiende, Don Gilberto Arroyo está dispuesto a defender su casa, en la que vio nacer y crecer a sus hijos, hasta las últimas consecuencias.
"Ahorita la preocupación mía es de que vengan a sacarme... yo me voy a defender... yo no voy a permitir que entren, el primero que quiera romper el candado yo le voy a tirar un machetazo y a ver qué pasa" Gilberto Arroyo.
Relata que en 1993 por una deuda con una institución bancaria, le fueron embargados y vendidos una casa, y dos vehículos con los cuales, supuestamente, había quedado cubierto su adeudo.
Con el transcurrir de los años, dio por hecho que el problema ya había quedado resuelto, y hasta se había olvidado de dicha situación, ahora, a más de 20 años de haber vivido esa amarga experiencia, le llegó una orden de desalojo, bajo el argumento de que en el 93 quedó una deuda de 20 mil pesos, que ahora quieren pagarse con la propiedad y actual vivienda de Don Gilberto.
"Desgraciadamente por mi falta de entendimiento yo no pedí un finiquito... nunca me habían molestado, hasta ahora" Gilberto Arroyo.
Don Gilberto asegura que con la propiedad y los vehículos, que fueron rematados en menos de la mitad de la valuación que tenía, era suficiente para cubrir su deuda original, incluso con intereses.
Sin embargo, con la intención de no perder su casa, se dice dispuesto a negociar con la empresa para el pago de cierta cantidad, sí es que se demuestra que quedó alguna clase de deuda, a din de evitar perder su patrimonio familiar.
"Lo que yo no acepto es que me echen siendo que yo no creo que sea justo... por 20 mil pesos" Gilberto Arroyo.
El señor Gilberto Arroyo, busca ayuda de las autoridades, o algún tipo de orientación legal, pues teme quedarse en la calle a su avanzada edad, junto a su esposa enferma, y en medio de una pandemia.
