Tras el levantamiento de la emergencia sanitaria por el virus del SARS-CoV-2 emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el gobierno de México en recientes días, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que se atendieron 10 millones 749 mil 426 casos de enfermedad respiratoria viral, de los cuales 6 millones 937 mil 610 correspondieron a casos sospechosos no confirmados y 3 millones 811 mil 816 fueron positivos al coronavirus.
La titular de la Coordinación de Vigilancia Epidemiológica, doctora Xochitl Refugio Romero Guerrero, informó que del 1º de febrero de 2020 al 5 de mayo de 2023, de los casos confirmados de COVID-19 por PCR, Prueba Rápida de Antígeno, Asociación Epidemiológica o Dictaminación, 3 millones 434 mil 195 fueron manejados de forma ambulatoria y 377 mil 621 requirieron hospitalización, además 3 millones 671 mil 677 ocurrieron en derechohabientes y 140 mil 139 en personas sin seguridad social.
Destacó que el IMSS en esta emergencia sanitaria demostró un gran liderazgo, su capacidad de respuesta, coordinación y apoyo inter e intrainstitucional para contar con los recursos necesarios a fin de atender a la población tanto de manera ambulatoria como hospitalaria.
La doctora Romero Guerrero refirió que dentro de esta emergencia sanitaria las principales lecciones aprendidas es estar preparados y coordinados de manera intersectorial, seguir el monitoreo de los procesos mórbidos que se presentan a nivel internacional y nacional, contar con un sistema de vigilancia para detectar oportunamente posibles amenazas y prepararse a fin de enfrentarlas.
Explicó que la declaratoria de fin de la emergencia sanitaria por el virus SARS-CoV-2 declarada por la OMS y el gobierno federal implica que el IMSS dé continuidad a todas las actividades de contención, prevención y atención de los casos que se presenten pero de forma endémica, en coordinación con la Secretaría de Salud, como cabeza del sector, y alineados a las políticas internacionales, intrainstitucionales y sectoriales.
La coordinadora de Vigilancia Epidemiológica del Seguro Social expuso que al ser declarado el COVID-19 como una enfermedad endémica, significa que será un padecimiento que se verá de manera permanente, un fenómeno similar a la influenza que pasó a ser un problema estacional.
"No por el hecho de que se quite la emergencia internacional no debamos de cuidarnos, al contrario hay que mantener las medidas preventivas que hasta hoy hemos implementado: el uso de tapabocas dentro de lugares cerrados y conglomerados sigue siendo de gran importancia, sobre todo para la población más vulnerable como son personas que tienen enfermedades crónico-degenerativas, embarazadas, personas inmunodeprimidas, etcétera", dijo.
Subrayó que para los servicios de salud se debe continuar una vigilancia epidemiológica activa que permita detectar amenazas y actuar de manera oportuna. "La presencia o posible presencia de futuras amenazas, como fue en su momento el virus SARS-CoV-2, la influenza, exigen al Instituto tener un sistema de vigilancia epidemiológica y de monitoreo lo más acercado a lo que sería en tiempo real".
La doctora Xochitl Romero indicó que actualmente el IMSS cuenta con la infraestructura y el recurso humano y la información suficiente para hacer un monitoreo en tiempo real, además la Coordinación de Vigilancia Epidemiológica, con el apoyo de las Direcciones de Prestaciones Médicas e Innovación y Desarrollo Tecnológico, trabaja un Centro de Inteligencia en Salud que permitirá monitorear mejor los padecimientos sujetos a vigilancia epidemiológica y los que se presenten de manera inesperada.
"Nuestra interacción con organismos nacionales e internacionales, nuestra interacción intersectorial con la Secretaría de Salud y con otras dependencias, nos dan la posibilidad de detectar amenazas futuras de manera oportuna. Nosotros somos ámbito de la salud pero en realidad formamos parte de un todo en donde tenemos que mantener una coordinación estrecha con las políticas nacionales e internacionales, y una vigilancia estrecha también", añadió.
Dijo que ante la presencia de una amenaza epidemiológica, como lo fue en su momento el COVID-19, implica la participación organizada del sector salud y la contribución activa de la población, en donde otro aspecto fundamental debe ser la vacunación, aspecto en donde el gobierno federal hizo un gran esfuerzo al ser uno de los primeros países en avanzar en el tema de inmunización, lo que permitió contener la enfermedad así como la letalidad.