Israel llevó a cabo una serie de bombardeos en el sur del Líbano el jueves, afirmando que desbarató un plan de asesinato atribuido a Irán.
Esta acción se produjo un día después de que se registraran explosiones de radios de Hezbolá, lo que ha incrementado las tensiones entre los dos actores en medio de un contexto de guerra en la región.
Los ataques israelíes se dirigieron a equipos de comunicación utilizados por Hezbolá, y han generado una ola de pánico entre los residentes libaneses, quienes han comenzado a abandonar sus teléfonos móviles por temor a ser afectados. Mustafa Sibal, un ciudadano de Beirut, expresó su preocupación: "¿Quién puede siquiera asegurar su teléfono ahora? Cuando me enteré de lo que pasó ayer, dejé mi teléfono en mi motocicleta y me fui".
El conflicto escaló tras las explosiones del miércoles, que dejaron 20 muertos, el día más mortífero en Líbano desde el inicio de los combates transfronterizos con Israel. El primer ministro libanés, Najib Mikati, pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que actúe ante lo que describió como "agresión" y "guerra tecnológica" por parte de Israel.
Los medios de comunicación reportaron que aviones israelíes estaban activos en la región, rompiendo la barrera del sonido. Según fuentes de seguridad, los ataques aéreos continuaron poco después del mediodía, afectando localidades cercanas a la frontera, así como un almacén de armas de Hezbolá.
A medida que las hostilidades se intensifican, un portavoz de la misión de paz de la ONU en el sur del Líbano mencionó que los intercambios de disparos entre las partes siguen siendo preocupantes, aunque la situación no ha cambiado drásticamente en términos de intercambio de fuego. Esta inestabilidad ha llevado a la evacuación de decenas de miles de personas en ambos lados de la frontera.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó su compromiso de garantizar la seguridad de los ciudadanos evacuados y devolverlos a sus hogares. Mientras tanto, el ejército israelí ha reforzado sus posiciones en la frontera, desplegando unidades de élite que han estado combatiendo en Gaza.
El clima de violencia y la retórica elevada entre ambos lados sugieren que la situación podría seguir deteriorándose, con un alto riesgo de que se produzcan más enfrentamientos.
