El presidente Joe Biden anunció un cierre temporal de la frontera entre Estados Unidos y México para los solicitantes de asilo y firmó una medida que prohíbe que los migrantes que crucen ilegalmente la frontera reciban asilo. Aunque el demócrata aseguró que "nunca" separará a niños de sus familias en las fronteras.
Con esto las autoridades podrán deportar a quienes no cumplan unos estrictos estándares de asilo cuando se supere la cifra de 2,500 detenciones diarias en la línea divisoria.
"Los migrantes que vengan de forma ilegal no podrán recibir asilo y no podrán quedarse en EEUU", dijo Biden en rueda de prensa.
El presidente considera que con esta orden ejecutiva se protegerá la frontera y se fortalecerán las relaciones con México. "Vamos a seguir trabajando con nuestro vecinos mexicanos, en lugar de atacarlos, y construiremos una relación fuerte" y prometió que seguirá colaborando con México como "un socio igualitario".
El demócrata dijo que el bloqueo republicano no le ha dejado "otra opción" que proclamar esta orden y, además, ha aprovechado para defenderse de las fuertes críticas que ha recibido por parte de legisladores hispanos del Partido Demócrata y del ala más progresista. "La inmigración siempre ha sido un salvavidas en América, así que nunca demonizaré a los inmigrantes. Nunca me referiré a ellos como un veneno en la sangre de nuestro país", dijo al referirse a Trump.
La orden entró en vigor este martes porque ya se está superando esa cifra de 2,500 detenciones, con una media de 4,200 arrestos diarios ocurridos en abril, la última cifra oficial disponible. Los protocolos para solicitar asilo volverán a relajarse una vez que esa cifra disminuya a 1,500 en promedio durante 14 días, lo que podría ser difícil de alcanzar ya que la última vez que lo hizo fue en julio de 2020, en plena pandemia.
Si los migrantes no son capaces de demostrar que califican para asilo bajo un estándar más elevado, serán deportados en cuestión de "horas" o "días". En ese caso, la situación variará dependiendo de la nacionalidad del migrante o solicitante de asilo.
Aquellos que sean mexicanos o nacionales de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela serán devueltos directamente a México en virtud de acuerdos previos de Washington con las autoridades mexicanas. Mientras que quienes lleguen a la frontera desde otras partes tanto dentro como fuera del continente americano, como Colombia o Ecuador, serán expulsados en vuelos de deportación.
La norma contempla excepciones: los no acompañados que viajan hacia el norte no están sujetos a las restricciones, al igual que las víctimas de tráfico de personas, aquellos que enfrentan una emergencia médica aguda o una amenaza extrema para su vida y seguridad. Además, se seguirán procesando los casos de asilo de las personas que hayan pedido una cita a través de la aplicación móvil CBP One, que ofrece aproximadamente 1,450 citas diarias para pedir asilo.
El presidente ha firmado la orden ejecutiva, su medida unilateral más agresiva hasta el momento, después de ver frustrados los intentos de alcanzar un acuerdo bipartidista en el Congreso. Asimismo, esta orden llega a seis meses de las elecciones, en las que Biden aspira a ser reelegido para un segundo mandato y en las que se enfrentará nuevamente a Donald Trump, cuya campaña ya ha criticado la medida calificándola de "amnistía".