El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que su gobierno reducirá significativamente el número de inmigrantes permitidos en el país en los próximos años. Esta decisión responde a las dificultades para equilibrar el crecimiento poblacional y las necesidades económicas, tras la estrategia de inmigración impulsada en el contexto pospandemia.
Originalmente, el plan del gobierno liberal de Trudeau contemplaba la llegada de 500 mil nuevos residentes permanentes cada año. Sin embargo, la nueva meta para 2024 será de 395 mil inmigrantes, disminuyendo progresivamente a 380 mil en 2026 y 365 mil en 2027.
Trudeau explicó que, aunque la inmigración es esencial para el futuro de Canadá, es necesario gestionarla de manera responsable. "No logramos equilibrar correctamente las necesidades laborales con el crecimiento poblacional", comentó. También destacó la importancia de estabilizar la población para mejorar los servicios de salud, vivienda y apoyo social.
Este ajuste se produce tras el rápido crecimiento demográfico de Canadá, cuya población alcanzó los 41 millones en 2023, frente a los 37.5 millones en 2019. El incremento ha exacerbado la crisis de vivienda en el país, uno de los principales puntos de crítica a la política migratoria del primer ministro.
Marc Miller, ministro de Inmigración, respaldó la decisión al señalar que reducir la inmigración puede ayudar a aliviar la presión sobre el mercado de vivienda. "El volumen actual de inmigrantes es una preocupación creciente para la población", afirmó Miller, quien también destacó la necesidad de adaptar las políticas migratorias.
Ambos funcionarios aseguraron que el gobierno sigue comprometido a gestionar la inmigración de manera responsable, para garantizar que el país continúe creciendo de manera sostenible sin afectar la calidad de vida de los canadienses. Las próximas vacaciones decembrinas se consideran un momento clave para evaluar cómo estas políticas impactarán el futuro.