El centro de Culiacán luce desierto, no hay automóviles ni camiones circulando por sus calles, los negocios han bajado sus cortinas, y las banquetas que generalmente están repletas de gente hoy se encuentran vacías.
Desde hace días las autoridades han señalado que en esta etapa de la emergencia sanitaria que se atraviesa en todo el mundo y que golpea fuertemente a Culiacán, el segundo municipio con más en casos y el primero con más muertos a causa del coronavirus, es importante mantener cerrados aquellos establecimientos que no realicen actividades esenciales.
Es así como poco a poco fueron cerrando tiendas, zapaterías, joyerías, restaurantes, e incluso el Mercado Garmendia, que aunque su actividad es esencial al dedicarse a la venta de alimentos, decidió cerrar sus puertas por las bajas ventas que habían tenido, y como medida de prevención para los locatarios y sus familias.
Sin embargo, esto parecía no ser suficiente para hacer frente a la pandemia, por lo que la tarde de ayer el Ayuntamiento de Culiacán ordenó el cierre de los accesos al centro, con el objetivo de reducir la movilidad en las calles y con ello prevenir posibles contagios. Además se puso en marcha esta mañana una jornada de santización en todos los espacios del centro, comercios,
Apoyados con cintas amarillas o rojas, y sus vehículos, policías municipales y agentes de tránsito se encuentran bloqueando el acceso a las calles de ese sector, permitiendo la entrada únicamente de las personas que viven ahí, y dando indicaciones a los automovilistas sobre las vías alternas que pueden utilizar para llegar a sus destinos.
Ello ha obligado también a que se modifican los paraderos del transporte urbano, reubicando las paradas que había en el centro de la ciudad en: Madero y Rubí; Hidalgo y Obregón; Madero y Paliza; Riva Palacio y Ángel Flores; Rosales y Paliza; y en Ángel Flores y Obregón.
Con información de Kathia Valdez
