Al final de la Avenida Guanajuato, entre el polvo y bajo el intenso sol, a una temperatura de 35 grados al mediodía, se encuentra como cada fin de semana, una de las extensiones del Tianguis de la Colonia León I, pero ésta, es una zona diferente, aquí los recursos no alcanzan para colocar lonas, a excepción de algunos, las sombrillas son indispensables para tener sombra, quienes buscan algún artículo, tienen que identificar entre un montón de cosas usadas lo que van a comprar, sin embargo, la poca venta convierte estos montones de objetos en camas; todo es tan limitado que no hay lugar como para pensar en pandemias, pese al esfuerzo nulo de quien pretende acatar en medida de lo posible las indicaciones de las autoridades, aunque eso le implique perder sus clientes.
Ahí encontramos a Don Fernando, quien a sus 70 años busca llevar algo de comer a casa, vendiendo cosas que le regalan o que incluso son desechadas, objetos sin valor que para él representan una opción para sobrevivir,
y es que aunque trabaje 6 de 7 días a la semana en distintos tianguis de la ciudad, sus pequeños ingresos no alcanzan para soportar el gasto en casa donde tres personas dependen de él, pero debido a su edad no hay alternativas laborales y aunque su vida siempre ha sido difícil, ahora es devastadora frente a la contingencia sanitaria, sin embargo, su playera rota, los zapatos empolvados y su mirada, explican la razón por la que Don Fernando no puede quedarse en casa.