Más de 2 millones de niños y adolescentes veracruzanos viven las consecuencias de la crisis sanitaria por coronavirus, entre ellas el aislamiento preventivo.
Y es que los menores de entre 0 y 17 años de edad pasaron de una vida cotidiana, llena de actividades familiares y escolares, a una etapa de confinamiento repentino.
Especialistas en psicología de diversas partes del mundo reconocen que esta circunstancia puede influir de forma negativa en cinco aspectos esenciales de los infantes.
1.- El proceso de desarrollo en un entorno saludable.
Los cambios del entorno pueden influir en sus emociones y conductas, convirtiéndose en estrés y rebeldía.
2.- Los hábitos y rutinas.
Las actividades frecuentes ayudan a los niños a regularse, por lo que su alteración podría tener un impacto superior.
3.- La actividad motriz al aire libre.
La falta de actividades en espacios abiertos y movimientos libres impide regular sus emociones, sobre todo en zonas urbanas.
4.- La estabilidad y certeza.
La inestabilidad e incertidumbre alteran el desarrollo saludable de los infantes, quienes pueden recaer en la intranquilidad y la desconfianza.
5.- La necesidad de interactuar con iguales.
La ausencia de relaciones con otros niños limita su capacidad de interacción, aprendizaje y desarrollo, especialmente en los ambientes escolares.
Ante estas consecuencias, médicos pediatras aseguran que entre lo más recomendable para garantizar la tranquilidad y felicidad de los menores durante el aislamiento preventivo por coronavirus debe estar la armonía familiar, la convivencia, el uso adecuado de nuevas tecnologías, el sano entretenimiento dentro del hogar, la activación física y la comunicación.