Para los católicos el 02 de febrero no representa únicamente la tradición de comer tamales, sino que es el día en que se dan cita en Santuario de Nuestra Señora de Quilá, donde se venera a la Virgen de Candelaria.
María Luisa Salazar, Devota de la Virgen de Candelaria:
"Nuestra Madre es la que nos cuida, y es la que está pendiente de nosotros, y por eso venimos, y es la madre de Dios nuestro señor y es madre nuestra, a darle gracias y pedirle que esta viejita esté un poquito más, otro tiempecito más".
Los feligreses acuden al templo pedirle a la Virgen y a agradecerle por los milagros cumplidos.
En el pequeño templo hacen fila para poder verla, tocarla, tomarse la fotografía del recuerdo y dejar sus ofrendas.
Para muchos una tradición familiar, donde no importa tener que viajar por horas incluso de otros municipios.
Ramona, Devota de la Virgen de Candelaria:
"Así estamos acostumbrados desde mucho tiempo atrás, desde que estábamos jóvenes, a ella yo le he pedido mucho por nosotros, que nos deje vivir para seguirla visitando".
Fuera del templo, alrededor de varias calles se instalan puestos de comida, de botanas, y hasta juegos mecánicos.
La música de banda y el alboroto de los miles de asistentes inundan las calles del pequeño pueblo, lo cuál también es un importante atractivo para los visitantes.
María, Visitante en la fiesta de Quilá:
"Con eso de la pandemia pues no se había visto que estuviera otra vez así como está hoy, pero aquí estamos otra vez, apreciando y conviviendo junto con las personas, y conociendo".
Carlota Gaxiola, Visitante en la fiesta de Quilá:
"A agradecer a la virgen, a la fiesta, a ver lo bonito que se pone aquí porque se pone muy bonito, muy concurrido... venir a comer, comprar y llevar recuerditos para la família, pero sí muy bonito aquí en Quilá".
