La noche de ayer, domingo 20 de marzo, tuvo lugar el fenómeno astrológico conocido como Equinoccio de Primavera, conocido por ser el evento en el que el día y noche duran exactamente lo mismo.
Este fenómeno fue de gran importancia para la civilización Maya, quien, al ser grandes estudiosos de la astrología, relacionaron estos fenómenos con procesos naturales de la tierra, como el momento en que florecen las plantas; Para los mayas, el Equinoccio de primavera era el momento en que el dios Kukulcán, mejor conocido como la serpiente emplumada, bajaba del cielo y fertilizaba los campos.
Desde hace algunos años en México se ha popularizado el mito de que durante este evento los indígenas acudían a los templos de Teotihuacán y Chichen Itzá y se cargaban de energía, lo que ha ocasionado que año con año, infinidad de personas asistan a esta zonas arqueológicas y pongan en riesgo los monumentos exponiéndolos a aforos excesivos.