La palabra Cuaresma proviene del latín Quadragesima, y se refiere a cuarenta días en los cuales, los fieles, tanto judíos como cristianos se preparan para vivir la máxima fiesta religiosa: la Pascua.
La fiesta de la Pascua, en la tradición judía, celebra el Éxodo de los israelitas, cuando fueron libres de la tiranía del faraón de Egipto; por otro lado, los cristianos festejan el triduo pascual: la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
En la Biblia, el número 40 es de gran importancia simbólica y se encuentra en diversos pasajes: 40 días y noches del diluvio y el arca de Noé; los 40 años en que el pueblo judío vagó en el desierto y los 40 días de Jesús en el desierto, por mencionar unas destacadas referencias.
Es decir, que el 40 marca un periodo especial de espera y, como marcan las referencias, también de penitencia y oración.
En la Cuaresma hay diversos cambios en el estilo de vida de los creyentes: es tiempo de oración y también de ayuno. solemos cambiar evitando el consumo de carnes rojas y sustituyéndolas por pescados y mariscos.
Aunque se ha perdido de cierto modo el sentido de evitar las carnes rojas, antes se veía como una especie de penitencia:
Estos 40 días de ayuno son de purificación, en el cual, los creyentes se abstienen de los placeres y aspectos mundanos, con aspecto simbólico, y dentro del aspecto alimenticio, en la carne roja.
Esto puede venir relacionado con la práctica de sacrificios de criaturas de sangre caliente a los dioses paganos (animales de carne roja), las cuales, los cristianos buscaron erradicar, tanto en la práctica, como en la abstinencia de su consumo.
Fue entonces que las aves y el pescado se convirtieron en una opción para comer durante este periodo.