Culiacán está paralizado, tiene miedo, los comercios abren un rato y cierran al primer aviso de disparos, lo mismo se suspende el servicio del transporte, los planteles escolares están solos, padres y madres de familia dejaron de enviar a sus hijas e hijas a la escuela.
La gente tiene miedo a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que los soldados que mandó a Sinaloa garantizan la paz.
La convocatoria del gobernador Rubén Rocha Moya, de que volviéramos a la normalidad resultó fallida, Debió cambiar su discurso ante una realidad que se estrelló en su cara y gobierno; Canceló clases y suspendió las fiestas patrias.
Las redes sociales se llenaron de reproches, la gente abandonó las calles y la ciudad quedó sola, decenas de empresas tuvieron que cerrar, por la ausencia de trabajadores.
El gobierno de Rubén Rocha Moya, como mínimo resultó insensible, ante un flagelo como el narcotráfico que tiene años en Sinaloa
Los saldos son rojos, durante estas jornadas violentas se cuentan ya 13 asesinatos, 15 desapariciones forzadas, 16 denuncias por robos de vehículos, locales balaceados, vehículos incendiados, personas heridas a balazos.