Keith Raniere, de 60 años, líder de la secta NXVIM, fue sentenciado a cadena perpetua por el Juez Nicholas Garaufis, de la Corte del Distrito Este de Brooklyn, en Nueva York, tras ser hallado culpable de los delitos de: tráfico sexual, extorsión, delincuencia organizada, amenazas, posesión de pornografía infantil y abuso a menores.
La fiscalía había pedido la cadena perpetua mientras que los abogados solicitaron una sentencia de 15 años.
El líder de NXVIM fue descrito como "un estafador, un depredador, un mafioso", que usando a la organización como tapadera, "tuvo acceso a un flujo inagotable de mujeres y dinero", afirmó la fiscala federal Moira Penza en junio pasado.
La secta manipulaba a sus víctimas ofreciendo cursos y seminarios de autoayuda, mujeres del espectáculo estadounidense, como Allison Mack y Sarah Edmonson y Bronfman fueron atraídas de esa manera.
De acuerdo con los testimonios existía un grupo secreto que vendía empoderamiento femenino, sin embargo les tomaban fotos desnudas y las chantajeaban con divulgarlas si no se sometían a la voluntad de Raniere, quien las marcaba con un fierro caliente antes de convertirlas en esclavas sexuales.
Raniere, quien no ha mostrado arrepentimiento, ni ha pedido perdón a las víctimas fue arrestado en 2018 en Puerto Vallarta en una lujosa villa del municipio de Puerto Vallarta, Jalisco, en México, y posteriormente fue extraditado a Estados Unidos, donde se declaró inocente de los delitos que se le imputan.
Emiliano Salinas, el hijo del presidente Carlos Salinas fue señalado durante un juicio en Nueva York como uno de los presuntos cómplices de Raniere. Según la fiscalía estadounidense, el mexicano actuó como como "coconspirador" de Rainere al presuntamente crear cuentas de correo para desacreditar a los detractores de la secta.
De acuerdo con las investigaciones, la hija del dueño del periódico Reforma, Laura Junco, Daniela Padilla, Loreta Garza y Mónica Durán, todas mexicanas, formaban parte del primer círculo de "esclavas", posición desde la cual estaban enteradas de la operación de la empresa criminal, motivo por el cual fueron incluidas en los cargos de crimen organizado.
Dentro de las acusaciones contra Raniere se señala que tuvo relaciones sexuales con una joven de 15 años y que tuvo a otra adolescente encerrada en una habitación por casi dos años.
La primera sentenciada por el caso fue Clare Bronfman, heredera del imperio de destilerías Seagram, quien fue condenada a seis años y nueve meses de prisión, tras ser encontrada culpable de delitos de conspiración para ocultar y albergar a personas que se encontraban en EE.UU. de forma ilegal con fines de lucro, así como el uso de una identificación falsa.
