Celebrar la memoria de nuestros seres fallecidos es una tradición mexicana que ni los más grandes dejarán morir, tal es el caso de Luz Vertila Murillo Lizárraga, quién a sus 65 años de edad, contenta y emocionada decidió realizar un altar en honor a sus compañeros danzonearos fallecidos.
Con ayuda de sus demás compañeros, llevaron a cabo un altar de 5 pisos, en memoria de 6 bailarines que partieron al cielo, 3 mujeres y 3 hombres, dicho altar contaba con ofrendas como un alimento y bebidas que en vida les gustaba consumir a los difuntos, así como una prenda, artículos u objeto que los identificaba.
Vertila Murillo llama a los jóvenes a continuar con esta tradición mexicana y enseñarles a las nuevas generaciones el verdadero amor hacia los seres queridos, ese amor que ni siquiera la muerte ha podido romper.
"Es una fecha muy bonita, es tradición mexicana y no queremos que esas tradiciones se pierdan, que la juventud se dé cuenta que las personas de la tercera edad todavía tenemos el gusto por decorar, por recordar esos tiempos de nuestros seres queridos que se nos fueron y aquí estamos" dijo.
Caracterizada de catrina, la abrelatas de tercera edad destacó la importancia de mantener vivas estas tradiciones, en donde los altares o ofrendas se colocan, según la tradición, desde el 31 de octubre, para que este quede listo para recibir a los seres queridos la madrugada del 1 y 2 de noviembre, en donde el primero se recuerdan a los niños difuntos y el segundo a los adultos.
