En la actualidad, las viviendas de interés social, tanto en Sinaloa como el resto de la República, han ido en disminución debido a los altos costos de insumos, convirtiéndose en opciones poco rentables para las constructoras y dejando un alto déficit de hogares en el país, indicó investigadora de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
La doctora Noemí del Carmen Ramos Escobar explicó que las viviendas de interés social surgieron como una necesidad para la base trabajadora y sus familias, cumpliendo con requisitos como no exceder de 36 metros cuadrados, valor no mayor a diez veces el salario mínimo elevado al año que se trate, y tener una ocupación de suelo en los límites urbanos, entre otros como vivienda de dos recamaras, sala, comedor, cocina, estacionamiento.
"Una de las características que tenía es que se trataba de crear comunidades, acercando servicios, espacios verdes y zonas recreativas para fomentar la comunicación entre vecinos, una muy buena estrategia para poder entre ellos preocuparse por conservar sus áreas comunes", expresó.
De igual manera, indicó que estos programas de interés social estaban a cargo de Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) y del Fondo de Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE), pero después fue delegado a la iniciativa privada quienes construyeron opciones atractivas, pero a un costo elevado.
"Al tener las compañías que producen los fraccionamientos de la iniciativa privada este permiso o facilidad de poder construir vivienda en serie y ofrecerla, ellos trataron de incluir en el conjunto habitacional algunos elementos urbanos y arquitectónicos para hacerla más atractiva y elevar su precio", puntualizó.
Agregó que difícilmente se podrá regresar a una vivienda amplia con más metros cuadrados y reducir su costo, debido a la variable económica que se debe reconocer, ya que al estar en la iniciativa privada existe un interés por tener el valor de consumo en la vivienda, dejando de lado las cláusulas de las viviendas de interés social ya no se da.
"En ese sentido, al ser vista la vivienda como un valor económico, difícilmente se va a tener una vivienda que tenga más metros cuadrados, más amplia y que podamos reducir el costo, porque en la actualidad las vemos las viviendas mínimas tan bien ubicadas en las periferias de la ciudad, pero ahora para poder comprarlas entran los dos sueldos, o dos préstamos de INFONAVIT y FOVISSSTE, o INFONAVIT y a completas con el banco", mencionó.
Ramos Escobar dijo que tendría que existir un apoyo financiado por parte del Gobierno para que disminuyan los costos de las viviendas, porque todo lo relacionado con la construcción tiene un valor muy elevado.
"Para volver a ello tendría que ver mucha voluntad de parte del Gobierno de asumir una parte del costo de la vivienda y tener los otros mecanismos de financiamientos", concluyó.