La tecnología nos sigue sorprendiendo, pues se logró recuperar un antiguo catálogo de estrellas del astrónomo griego Hiparco de Nicea que fue borrado para escribir un texto cristiano.
De acuerdo a un artículo publicado por la revista científica Nature, un antiguo catálogo de estrellas obra del astrónomo griego Hiparco de Nicea, que vivió en el siglo II antes de Cristo, fue descubierto debajo de unos textos cristianos de un pergamino proveniente del monasterio ortodoxo de Santa Catalina, en la península egipcia del Sinaí.
Este mapa celeste, fue un intento del astrónomo griego por cartografiar el cielo nocturno, y el descubrimiento se le adjudica a un grupo de investigadores de instituciones de Francia y el Reino Unido.
Por su parte, el Journals for the History of Astronomy, informó que las páginas del manuscrito contienen el "Codex Climaci Rescriptus", una serie de traducciones siríacas de los textos del monje cristiano Juan Clímaco que datan del siglo X u XI después de Cristo.
Según expertos, el escribano no utilizó un pergamino nuevo para escribir la traducción, sino uno cuyo contenido fue borrado en el siglo IX o X, y que no era otro que el que más de un milenio antes utilizara Hiparco de Nicea para plasmar su mapa celeste.
Esta práctica de reutilizar soportes para escribir era habitual en el pasado, y estos pergaminos con trazas de textos anteriores se llaman palimpsestos.
ANTECEDENTES
En 2012, como parte de un proyecto veraniego, el especialista en temas bíblicos de la Universidad de Cambridge, Peter Williams, pidió a sus alumnos que leyeran las hojas del códice cristiano de Juan Clímaco. Siendo así que uno de sus estudiantes, Jamie Klair, identificó por primera vez los indicios del catálogo de estrellas en un fragmento en griego que a menudo se atribuía al astrónomo Eratóstenes, que vivió poco antes que Hiparco de Nicea.
En 2017, las imágenes espectrales de nueve folios del códice demostraron la presencia de un texto sobreescrito en donde se incluía mitos sobre el origen de las estrellas de Eratóstenes y partes de un poema del escritor griego Arato titulado "Fenómenos"; sin embargo, fue hasta el 2021 que Williams observó la presencia de mediciones astronómicas, por lo que se comunicó con Victor Gysembergh, del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, para que evaluara su descubrimiento.
"Quedó claro de inmediato que teníamos coordenadas estelares", aseguró Gysembergh, quien junto con su colega de la universidad La Sorbona de París, Emmanuel Zingg, descifró el pasaje detectado, de una página de extensión. En este se describe tanto la longitud como la anchura en grados de la constelación Corona Borealis, situada en el hemisferio norte celeste.
Asimismo, se explica el fenómeno del movimiento de precesión de la Tierra, que ocurre cuando esta gira lentamente sobre su propio eje alrededor de un grado cada 72 años, provocando que la posición de las estrellas fijas en el cielo cambie gradualmente.
Los científicos comprobaron, con herramientas computacionales, que las coordenadas de las estrellas tienen una precisión de un grado, lo cual coincide con las observaciones realizadas en el año 129 antes de Cristo, es decir, la época en que Hiparco trabajó.
HALLAZGOS
Los datos recién descubiertos también los emplearon para corroborar las coordenadas de otras tres constelaciones (Osa Mayor, Osa Menor y Draco) que se muestran en otro manuscrito, llamado "Aratus Latinus", y cuya autoría se atribuye también a Hiparco.
Por último, los investigadores reiteraron que el catálogo de estrellas del matemático griego Claudio Ptolomeo no se basó únicamente en los datos de Hiparco, ya que con anterioridad se creía que Ptolomeo los había robado y reclamado como propios.