El 28 de agosto de cada año, en México, se celebra el día del abuelo, sin embargo, son miles de adultos mayores para los que esta fecha solamente es el amargo recuerdo del abandono, pues muchos de ellos aunque tienen familia han quedado en el olvido.
De acuerdo con datos del INEGI, con base en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2018, en México habitan alrededor de 15.4 millones de adultos mayores, es decir, personas de más de 60 años de edad, de las cuales 1.7 millones viven solas.
De ese gran número de adultos mayores en estado de abandono, solo el 41 por ciento son económicamente activos, por lo que el resto depende de la caridad de las personas ya sea en sus propios hogares o buscando algún albergue o asilo donde pasar sus últimos años de vida con la mejor calidad posible.
Ejemplo de este tipo de lugares, es el refugio El Buen Samaritano en Culiacán, que por más de 20 años ha albergado a personas mayores en situación de calle, sin contar con el apoyo de los familiares de los residentes o de las instituciones de gobierno, que también muchas veces se olvidan de esta parte tan vulnerable de la población.
Actualmente residen en esta casa hogar 42 personas de la tercera edad, muchos de ellos, con hijos o nietos, a los que no han visto durante años.
"Si viven aquí pero pues es que prácticamente se preocupan por ellos, uno como ya está adulto pues, este, no se pueden hacer cargo de uno, verdad" Filiberto Pasco, Habitante del Buen Samaritano.
"Pues ni me acuerdo, ya verá, qué tanto tiempo hace que llegué, me trajeron y no sé ni cuando, ni qué fecha me trajeron, ni que mes, ni nada" José Ángel Espinoza, Habitante del Buen Samaritano
A pesar lo difícil que es su situación de vida, lejos de sus familias por quienes dieron todo, estos adultos mayores encontraron el hogar que tanto necesitaban, no sólo por el techo sobre sus cabezas, y la comida en sus platos, sino por aquí descubrieron lo más importante: una nueva familia.
"Aquí hay una convivencia de una familia grande, somos hermanos todos, compañeros, ya voy para casi tres años, y si el señor Diosito me deja vivir, quisiera estar otros 3 o más" Vicente Montoya, Habitante del Buen Samaritano.
Pese al optimismo de los habitantes y los encargados del lugar, es un albergue con muchas necesidades, principalmente en el tema de alimentación, y de salud, ya que debido a las altas temperaturas de la ciudad constantemente presentan problemas de deshidratación, por lo que acuden a la solidaridad de las personas para que continúen dando donaciones, demostrando que hay a quienes todavía les importan estos abuelitos.