La recurrente destrucción de cámaras y equipos de vigilancia no son actos delictivos al azar, ni una casualidad, son claramente una afrenta a las corporaciones de seguridad pública, lo que lleva a pensar que son acciones de los grupos del crimen organizado, opinó Carlos Juárez Cruz, Director del Instituto para la Economía y Paz en México.
"Si hay un despliegue muy claro de sincronización, de armas de alto calibre, y la impunidad, por ahí yo ví algunos vídeos que circulan, la impunidad con que se hace nos habla de grupos criminales".
Esto luego que las autoridades en Sinaloa confirmaran que los dos primeros días del año se disparó contra 114 cámaras del C4i en Culiacán, sin que hubiera detenidos.
"Esto es solo un síntoma de la impunidad, de esta sensación de control y de poder que tienen estos grupos, básicamente lo diría coloquialmente las destruyen porque pueden destruirlas impunemente", expresó
Juárez Cruz, especialista en temas de seguridad, señaló que el interés que muestran estos grupos por la destrucción de estos equipos se puede traducir como una señal de que estas herramientas estaban entorpeciendo sus actividades delictivas, pero también como una alerta a las autoridades de que estos casos deben ser investigados y sancionados.
El experto reconoció que, aunque no hay daños directos contra la población, pues solo se abocan a vandalizar estos equipos, si da a la ciudadanía una percepción de mayor inseguridad, e incrementa la desconfianza hacia las autoridades.
"Por eso quizás el efecto más importante de esta destrucción del equipo no es solamente el daño financiero que implica, es decir hay que comprar de nuevo las cámaras, sino el mensaje simbólico que se manda".
Aseguró que lo mejor en estos casos siempre será reponer las cámaras, aunque suponga un mayor gasto, pero no dejando el tema de seguridad reducido a equipos de vigilancia, sino creando una estrategia integral para la entidad.