En México, adquirir una vivienda se ha convertido en un desafío significativo para muchas familias debido al incremento en los precios de las propiedades y las barreras para acceder a créditos hipotecarios. En el primer semestre de 2023, el precio promedio de una vivienda en México alcanzó 1 millón 601 mil pesos, según el Índice de Precios de la Vivienda de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), mientras que el precio mediano alcanzó los 926 mil pesos; el aumento del 11.5% en el primer trimestre respecto al año anterior refleja una tendencia preocupante para quienes aspiran a adquirir una vivienda propia.
Los altos costos, el acceso limitado a créditos hipotecarios y la falta de ahorros suficientes son algunos de los obstáculos que enfrentan los mexicanos al intentar adquirir una propiedad.
En marzo de 2022, a nivel nacional, el precio promedio de una vivienda fue de 1 millón 466 mil pesos y el precio mediano se ubicó en 869 mil pesos. Para 2023, estos precios aumentaron, con un incremento de 135 mil pesos en el precio promedio y 57 mil pesos en el precio mediano.
En México, hay 35.3 millones de viviendas particulares habitadas, con un 57.1% de estas siendo propias y ya pagadas, y un 16.4% que se encuentran en renta. El resto se divide entre viviendas prestadas, en proceso de pago y otras situaciones. Sin embargo, la posibilidad de adquirir una vivienda se ve limitada por la dificultad para acceder a créditos hipotecarios, causada por la inestabilidad laboral, la falta de historial crediticio y la insuficiencia de ahorros para el enganche inicial.
El Secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Román Meyer Falcón, mencionó que en México hay aproximadamente 70 mil edificaciones consideradas "perdidas". Estas son unidades habitacionales que no pudieron ser ocupadas debido a que fueron construidas en áreas de riesgo, como laderas de cerros o zonas propensas a inundaciones.
Durante el periodo de octubre de 2021 a septiembre de 2022, se otorgaron 457.1 mil créditos para la compra de vivienda nueva o usada. Para 2023, se estimó una demanda de 931,076 financiamientos, distribuidos de la siguiente manera según la Sociedad Hipotecaria Federal: el 49% para mejoras de viviendas, el 29% para la adquisición de vivienda nueva, y el 22% para la adquisición de vivienda existente.
Solo Infonavit registraba 650,000 viviendas deshabitadas en 2019 debido a la falta de servicios básicos, transporte o escuelas cercanas.
Además, 5.8 millones de viviendas son rentadas, principalmente debido a que sus ocupantes carecen de acceso a crédito o de los recursos económicos necesarios para adquirir una casa propia. En estados como Guerrero, Chiapas y Sinaloa, más del 60% de las personas optan por el alquiler por estas razones.
En México, hay diversas opciones de créditos para la adquisición de vivienda, como los ofrecidos por Infonavit y Fovissste. Además, el gobierno cuenta con el Programa de Apoyo a la Vivienda de FONHAPO, que otorga subsidios a hogares en situación de pobreza para construir, ampliar o mejorar sus viviendas. Estos subsidios van desde 48 mil hasta 63 mil pesos para construir unidades básicas, y de 10 mil a 20 mil pesos para mejoras o ampliaciones en áreas urbanas y rurales. Se prioriza a hogares en extrema pobreza, con miembros discapacitados, padres solteros, y adultos mayores.
Comprar una vivienda en México es cada vez más difícil para muchas familias. Los precios de las propiedades siguen subiendo, y acceder a créditos hipotecarios es complicado. Además, se necesita un buen ahorro para el pago inicial. Aunque hay programas de apoyo y diferentes opciones de financiamiento, muchos mexicanos aún encuentran grandes obstáculos para convertirse en propietarios. Esto destaca la necesidad de políticas públicas que faciliten el acceso a la vivienda propia.