En la fronteriza ciudad de Tijuana radica Hugo García, un hombre que desde hace 10 años busca en las calles el sustento de su hogar de una manera única y original: disfrazado como el personaje animado Shrek con el que además pretende ayudar a la sociedad.
Pintado de verde y con la vestimenta típica que distingue al ogro de la animación, Hugo sale a las calles recorriendo cada rincón para sacarse fotografías con los curiosos que se le acercan, además acude a eventos sociales.
Se hace llamar el Shrek de Tijuana y la alegría no solamente la reparte con sus seguidores, sino con su propia familia, pues la idea de personificar a este personaje surgió de la necesidad de recaudar fondos para los tratamientos médicos y quimioterapias para su esposa.
"Llevo 10 años desde que nos topamos con el enemigo número uno del ser humano que es el cáncer en mi esposa Martha Beatriz Vázquez, lleva ya 17 quimioterapias y hemos estado de la mano de Dios, porque sin Dios no podemos hacer las cosas".
La población es quien le brinda la ayuda material, desde dinero hasta despensas, que al acumularse decide compartir con los más necesitados como albergues, orfanatos y comunidades en abandono por las autoridades.
"Estamos en la lucha, estamos en la vida, la vida te trae de todo y hay que agarrarla como viene, con una esperanza y con un buen sentir, ahorita estamos y el día de mañana no sabemos pero siempre hacer la buena obra y la lucha por un ser humano", afirmó.
El Shrek de Tijuana es reconocido por medios locales, nacionales e internacionales, y marcas distinguidas le han extendido la mano, como el Consejo Mundial de Boxeo y Tijuana I Love 664.
La inspiración para Hugo García, dijo, es su esposa y su salud, además de su hija, quien en ocasiones también lo apoya vistiéndose de Fiona, la fiel pareja de Shrek según la historia de DreamWorks.
Es común ver al Shrek de Tijuana caminando por la Zona Urbana del Río Tijuana, la avenida Revolución, las garitas internacionales, el Palacio Municipal o el Centro, siempre accediendo a una fotografía y regalando dulces a los niños que lo saludan.