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06 de Noviembre del 2024
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Emotivo último adiós a Isabel II

Emotivo último adiós a Isabel II

Este lunes finalmente se dio el último adiós a Isabel II, la soberana que fuera el rostro de Reino Unido, durante los últimos 70 años.

Fue a las 6:30 de la mañana, hora de Londres, cuando la capilla ardiente en Westminster Hall, instalada desde el miércoles y por la que pasaron miles de ciudadanos ingleses y turistas acudieron a despedir a la monarca, cerró para dar paso a los funerales de Estado de la soberana.

Posteriormente, el féretro de la reina fue depositado sobre la cureña de artillería que la transportó hasta la abadía de Westminster, el cuerpo fue custodiado por integrantes de la Marina Real en una procesión que partió del Parlamento. Carlos III y sus tres hermanos, Ana, Andrés y Eduardo, así como los nietos de su majestad Isabel II, Willian y Harry, caminaron detrás del carruaje que transportaba los restos mortales de la soberana británica.

Mientras, las puertas de la abadía de Westminster se abrieron para recibir para a los mandatarios de todo el mundo y representantes de otras monarquías que acudieron a despedir a los funerales de estado de Isabel II.

Al filo de las once de la mañana, en el mismo sitio donde hace 70 años fue coronada, ante casi 2 mil invitados, inició la ceremonia religiosa en honor a la soberana. David Hoyle, decano de Westminster, fue el encargado de oficiar el funeral, mientras que Justin Welby, arzobispo de Canterbury, ofreció un sermón y la primera ministra de Reino Unidos, Liz Truss, dio lectura a un texto religioso.

Fue a las 12 de día, que una llamada de corneta anunció el comienzo de dos minutos de silencio en todo el Reino Unidos, en honor a su majestad. El aeropuerto de Heathrow detuvo minutos antes todos los despegues y aterrizajes programados, para garantizar un riguroso silencio en la capital británica. Con el himno nacional y una pieza de lamento interpretada por el gaitero oficial de la Isabel II se puso fin al servicio fúnebre de la reina.

Acto seguido el cortejo salió de la abadía de Westminster en su recorrido hacia el arco de Wellington. El icónico Big Ben, repicó en intervalos de un minuto durante toda la procesión. La Real Policía Montada de Canadá encabezó la marcha, en la que también caminaron miembros de las fuerzas armadas del Reino Unido y países que conforman la Commonwealth.

Al llegar al arco de Wellington, los restos de la monarca fueron transferidos a un coche fúnebre para hacer lo que fue el último recorrido de la reina hacia el castillo de Windsor. Ya en las inmediaciones del castillo otra procesión recorrió los 5 kilómetros del Long Walk, que abarca la emblemática avenida arbolada que llega hasta la residencia real.

A las cuatro de la tarde en Londres,  el ataúd con los restos de Isabel II entraron a la capilla de San Jorge, para llevar a cabo lo que se denomina como la Ceremonia de Compromiso. En los últimos años, esta capilla fue testigo de la boda entre el príncipe Harry y Meghan, así como el funeral del príncipe Felipe, esposo de la reina. A esta ceremonia asistieron únicamente 800 invitados, ahí el decano del castillo de Windsor, ofreció un servicio final en honor a la reina.

Fue en este acto donde se llevó a cabo el retiro del ataúd de los joyas reales; la corona del Estado Imperial, el orbe y el cetro reales fueron devueltos a Dios, hasta que sean utilizados de nueva cuenta por el nuevo soberano, Carlos III. Momento emotivo en el que se separó por última vez a la soberana británica de los símbolos de su largo reinado.

Finalmente Carlos III colocó sobre el féretro la bandera personal de Isabel II y Andrew Parker, Lord Chamberlain de la monarca, rompió la vara de oficio y la colocó sobre el ataúd, este momento simboliza el rompimiento final del reinado de quien fuera soberana del Reino Unido durante 70 años.

David Coney, decano de la capilla de San Jorge, pronunció un sermón, mientras los restos de su majestad descendieron hasta la Bóveda Real, donde finalmente descansarán al lado de su esposo, sus padres y su hermana, al  mismo tiempo el gaitero oficial de Windsor interpretó un himno elegido personalmente por Isabel II. La ceremonia pública concluyó con la entonación de "Dios salve al rey". Al término la familia real lleva a cabo de forma privada el entierro de Isabel II, en la que sólo están presentes miembros de la familia real, se prevé que este servicio concluya al filo de las 19 horas locales.

El sepulcro de su majestad quedará sellado con una losa de mármol grabada con las palabras: "Elizabeth II 1926-2022?.




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