Aun cuando las playas de Manzanillo estaban siendo vigiladas por elementos de la Marina Armada de México y la Policía Turística del municipio, poco les importó a cinco bañistas de la playa La Boquita que el gobierno federal haya ordenado el cierre de las playas por la emergencia sanitaria a causa del Covid-19, pues este domingo disfrutaban de las cálidas olas del mar frente al paso de las fuerzas de seguridad.
En un recorrido que realizó el equipo de Meganoticias por la zona costera de este municipio, se constató que las playas La Boquita y Miramar estaban prácticamente solas, únicamente había restauranteros y sus trabajadores con la esperanza de llegada de posibles clientes para comer. Aun así, las mesas y sillas vacías reflejaban un panorama totalmente triste y desolador.
La expresión de los rostros de las vendedoras y vendedores de artesanías y de inflables, también era de preocupación, pues sin clientes no hay ventas.
En la Boquita, un guardavidas se mantuvo atento a lo que hacían los cinco bañista que en ningún momento fueron retirados ni por elementos de la Marina Armada de México ni por los de la Policía Turística. En la playa de Miramar no había diferencia, incluso la soledad hacía sentir más intensos los rayos del sol.
Cabe destacar que la playa la Audiencia era la única que sí estaba totalmente cerrada al público a través dos patrullas de la Policía Estatal y dos elementos de la Policía municipal. Aquí el panorama era peor que en la Boquita y Miramar. De plano el mobiliario de los restauranteros estaba amontonado y daba un aspecto de abandono. En el interior del mar, seis lanchas de pescadores y dos barcos para paseos de bañistas se mecían al vaivén de las olas, totalmente vacíos. Algunos restauranteros estaban presentes pero solo se resguardaban del intenso sol y revisaban parte de sus insumos que seguramente se echarán a perder. Así también, dos guardavidas se refugiaban en su torre de vigilancia y observaban como se acumulaban las malaguas en la orilla de la playa.