Pese a que los casos positivos de COVID-19 van a la baja y las actividades presenciales se han ido restableciendo de manera gradual, especialistas en salud mental temen que pudiera incrementarse la incidencia de trastornos de ansiedad, episodios de depresión y situaciones de pánico entre la población, durante el primer bimestre de 2022, toda vez que las personas han dejado de enfocar su atención y preocuparse por contraer el virus, permitiendo así que la sintomotología de este tipo de padecimientos sea cada vez más recurrente.