A diferencia de todo el territorio nacional, en la cultura zapoteca la celebración de la Semana Santa tiene un significado de gran importancia y singularidad, porque se hace la visita a los panteones para pasar todo un día con los muertos, en una convivencia llena de flores, velas, música y comida.
Los antecedentes históricos esta celebración según los investigadores, data de muchos años antes de la llegada de los Españoles, y era una ceremonia prehispánica para agradecer las bondades de la madre tierra, por las próximas cosechas y coincidentemente con el nuevo año según el calendario zapoteca.
Pero con la llegada de la iglesia católica, se da el sincretismo y surge entonces esta combinación entre la tradición prehispánica con la conmemoración de la Semana Santa, dando como resultado esta tradición arraigada entre los habitantes de la ciudad de Juchitán y algunas comunidades cercanas.
Se estima que en cada uno de los panteones se tenía la visita de un aproximado de 10 mil personas, lo que ha representan una fuerte derrama económica sobre todo para los sectores productivos que se dedican a la comercialización de flores, velas, alimentos, dulces típicos, bebidas, entre otros.
Además por la costumbre que se tienen en esta cultura, las sepulturas son construcciones que previa a la celebración, reciben la restauración, lo que también genera actividad laboral para los trabajadores de la construcción.
En este año por la emergencia sanitaria esta importante actividad para los zapotecas fue suspendida, y las autoridades implementaron operativos con los elementos policiacos, por lo que todo el movimiento económico que genera este evento se paralizó, y ha generado pérdidas incuantificables para todos los sectores que todos los años se beneficiaban con esta celebración.
El colorido encuentro entre muertos y vivos, quedará pendiente, y esta vez tendrá que ser durante los últimos días del mes de octubre, y será como de costumbre en la casa, con altares llenos de flores de cempasúchil, abundante comida, y bebidas, que se colocan como ofrenda como cada año lo realiza este pueblo originario.