El Gobierno libanés confirmó este lunes que "miles" de familias han abandonado sus hogares en el sur y el este del país debido a una intensificación de los bombardeos israelíes.
Esta nueva ola de violencia ha dejado, hasta ahora, un trágico saldo de 274 muertos desde el inicio de los ataques esta mañana, lo que ha generado una crisis humanitaria en la región.
El ministro de Salud Pública, Firas Abiad, indicó en una rueda de prensa que, como consecuencia de los ataques, muchas familias se han desplazado de las áreas que han sido blanco de los bombardeos. Sin embargo, no se proporcionaron cifras exactas sobre la cantidad de personas afectadas ni las localidades específicas involucradas en las evacuaciones.
Los suburbios meridionales de Beirut, conocidos como el Dahye, también están experimentando un aumento en el número de desplazados. Este área, un bastión del grupo chií Hizbulá, ha sido objeto de ataques recientes, incluido uno que resultó en la muerte de al menos 50 personas hace solo tres días. Una residente del Dahye compartió su valentía al decir: "No tengo miedo, hemos pasado por esto antes".
La situación se agrava en la ciudad costera de Sidón, donde se han reportado fuertes atascos en la entrada debido a la cantidad de vehículos que intentan abandonar las zonas más afectadas por los bombardeos. Esta masiva evacuación refleja la creciente desesperación entre los ciudadanos que buscan refugio en áreas más seguras.
Ante el desplazamiento masivo, el Ministerio del Interior del Líbano anunció la apertura de colegios previamente establecidos como albergues para acoger a los afectados. Esta medida busca proporcionar un refugio temporal a quienes huyen de la violencia en sus comunidades.
Desde primera hora de la mañana, Israel ha intensificado sus bombardeos en el sur del Líbano y el Valle de Bekaa, en el este del país. En respuesta, Hizbulá ha lanzado proyectiles contra objetivos militares israelíes, lo que indica que la escalada del conflicto continúa sin señales de desaceleración.
La situación actual plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y el bienestar de la población libanesa, que enfrenta la devastadora realidad de una guerra que parece no tener fin. La comunidad internacional observa con creciente inquietud mientras las tensiones en la región se intensifican.
Con información de EFE.
