La gestión de la inmigración se ha convertido en un tema crucial en la carrera presidencial de Estados Unidos, donde la vicepresidenta demócrata Kamala Harris se enfrenta al ex mandatario republicano Donald Trump. Con las elecciones programadas para el próximo 5 de noviembre, ambos candidatos han presentado propuestas marcadamente diferentes que reflejan sus posturas sobre este asunto tan controvertido.
En cuanto a la deportación de migrantes, Trump promete realizar la mayor deportación en la historia del país, donde más de once millones de personas viven en situación irregular. En una reciente entrevista, sugirió la construcción de campos de detención y el despliegue del Ejército para perseguir a indocumentados. Por su parte, Harris ha criticado estas ideas, considerándolas retrógradas. Sin embargo, la administración Biden, de la cual es parte, ha llevado a cabo más de un millón de deportaciones, con proyecciones de superar las cifras de expulsiones de la era Trump.
Sobre la ciudadanía, Trump se comprometió a firmar una orden ejecutiva que impediría que los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en EE.UU obtengan la ciudadanía, un derecho constitucional. Aunque su intento de eliminar el programa DACA fracasó, Biden y Harris han prometido establecer un camino hacia la ciudadanía para los "dreamers" y una reforma migratoria integral. Sin embargo, estas promesas no han avanzado en el Congreso, aunque la administración ha creado programas que otorgan estatus legal a más de medio millón de migrantes casados con ciudadanos estadounidenses.
En cuanto a las vías de acogida, la administración Biden-Harris lanzó un programa de "parole humanitario" que otorga permisos temporales a migrantes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití. Más de medio millón de personas se han beneficiado de esta iniciativa. En contraste, Trump se opone a este programa y al Estatus de Protección Temporal (TPS), mostrando su intención de revocar estas políticas y reinstaurar prohibiciones de entrada para ciudadanos de ciertos países musulmanes.
Respecto a la política fronteriza, Trump ha prometido reanudar la construcción del muro fronterizo con México y restablecer el Título 42, que permite expulsiones inmediatas en la frontera. También planea reinstaurar el programa "Permanecer en México", que requiere que los solicitantes de asilo esperen en el lado mexicano de la frontera. La administración Biden, que mantuvo el Título 42 por más de dos años, ha impuesto restricciones similares que limitan la posibilidad de solicitar asilo.
Harris, por su parte, ha propuesto inscribir estas restricciones en la ley de manera permanente, señalando que el sistema migratorio está "roto" y necesita una reforma integral. Con el enfoque de ambos candidatos en la inmigración, queda claro que las elecciones del 5 de noviembre no solo definirán el futuro político del país, sino también la dirección de sus políticas migratorias.
