De acuerdo con la Iglesia Católica, con el miércoles de ceniza inicia la Cuaresma, tiempo de reflexión y preparación interior para dejar la vida de pecado, para ser mejores personas, sensibles y solidarias.
La costumbre señala que para recibir ceniza, como recordatorio de que somos polvo y en polvo nos convertiremos, se coloca una cruz de ceniza en la frente, sin embargo, a causa de la pandemia por COVID-19 tuvo que implementarse una nueva estrategia para esta celebración eclesiástica.
"Y lo iniciamos pues poniéndole la ceniza a las personas y a nosotros mismos en la cabeza, ya no en la frente, ya no teniendo un contacto con la persona por la cuestión de la pandemia, ahora lo hacemos en la cabeza, diciéndole a la gente que es polvo y al polvo hay que volver, y que tenemos que creer, convertirnos a una vida mejor, a una vida con Cristo" Héctor Armando Calderón Godoy, Vicario de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.
A pesar de esta nueva dinámica y de las restricciones por la contingencia sanitaria, los feligreses siguen acudiendo al templo a recibir la ceniza y realizar oración, asegura el sacerdote que siempre de manera ordenada y respetando los protocolos.
"Pues está reaccionando consciente la gente, está siendo poco a poco consciente de que estamos en pandemia... se está haciendo consciencia sobre esto, la gente ya está más consciente poco a poco, ni modo, así tenemos que actuar" Héctor Armando Calderón Godoy, Vicario de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.
Aunque la tradición indica a los fieles católicos que deben acudir a sus templos a recibir la ceniza, el padre aclara que no es necesario, lo más importante de esta fecha es estar dispuestos a aceptar los valores de Cristo, y trata de ser mejores personas, por lo que pueden, en lugar de ir a la Iglesia, rezar un rosario o hacer oración desde casa, pero sobre todo crear ambientes de paz y amor el prójimo.