La sociedad Sinaloense ha aprendido a vivir, a normalizar e interiorizar el narcotráfico de tal manera que se ha desarrollado toda una cultura alrededor de esta actividad delictiva.
"Aprendimos, y en parte formamos a nuestros hijos todos los días, aunque aparentemente no lo veamos así, en el temor y en el cuidado, no, de los espacios en los que ellos circulan nuestros hijos, porque les decimos: no es que cuídate, no te juntes con gente así, sí ves pleito no te metas, si ves gente armada te aíslas, es decir, todos los días mostramos a nuestros hijos esa normalidad que se asentó justamente con el narcotráfico" Juan Carlos Ayala Barrón, Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Advierte el especialista que esta es la influencia social del narcotráfico, la que es menos visible o reconocida pero que detona los aspectos más sobresalientes de la narcocultura, uno de ellos, el ámbito religioso con la adoración a Jesús Malverde, llamado el Santo de los narcotraficantes.
"Pues no hay o no había otra entidad generadora de narcotráfico con ese simbolismo religioso, aquí en México por lo menos no" Juan Carlos Ayala Barrón, Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Explica que también hay esta influencia en el arte, con la música popular donde los corridos hacen apología del delito, y han llevado a muchos grupos musicales nacidos en la entidad a consolidarse y posicionarse como los más importantes del país por dedicar sus canciones a los narcotraficantes; en la arquitectura domiciliaria con lujosas mansiones, y en la arquitectura funeraria, como en el panteón Jardines del Humaya, con mausoleos impresionantes que de acuerdo con el investigador no se encuentran en ninguna otra ciudad del mundo.
En menor medida y de manera reciente, comenta que se han visto estas expresiones artísticas de alabanza al narcotráfico a través de películas o series, que tratan de mostrar el lado humano de los capos y crear empatía entre los espectadores.
"Otro aspecto que se forjó alrededor de esto es un estilo de vida, un modo de ser y un gusto estético corporal que pues finalmente de vino, no, en la modificación de los cuerpos, los cuerpos de la mujer, de los cuerpos de los varones, y bueno pues toda una indumentaria, y además pues ciertos gustos acompañados del poder adquisitivo para comprar alhajas, vehículos, propiedades, etcétera, entonces te digo ha sido un fenómeno que lo encontramos muy sui generis aquí Sinaloa" Juan Carlos Ayala Barrón, Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Todos estos elementos, aunado a la cercanía que muchas veces tienen quienes integran las filas del narco con la sociedad civil, hacen que exista una extraña combinación de admiración y miedo hacía esta actividad que de manera muy directa influye en la vida diaria de todos los sinaloenses.
