Según Francisco Javier Moreno Medina, Comisionado Presidente de la Alianza para el Desarrollo y Competitividad de las Empresas (ADECEM), la industria de la construcción enfrenta una descapitalización y una merma de activos físicos, financieros y humanos. Además, la falta de estudios de pre inversión y recursos para su financiamiento, sumado a la falta de conocimientos en temáticas legales, financieras, fiscales, administrativos y mercados de los empresarios, agrava la situación.
Según los Censos Económicos del INEGI, entre 2015 y 2019 hubo una caída en la facturación anual de las empresas del sector manufacturero, y más de la mitad de estas empresas son de la industria de la construcción. La pandemia de COVID-19 y la inflación han aumentado los precios de los materiales e insumos de construcción, lo que ha llevado a la paralización de muchos proyectos y a la afectación de la cadena de suministro.
Además, en 2022 la guerra de Rusa-Ucrania provocó una nueva subida de precios, especialmente en el precio internacional del asfalto, lo que ha generado graves consecuencias para muchas empresas constructoras con contratos activos y pérdidas millonarias. Aunque los precios se han ido regulando poco a poco, no se sabe cuándo se pueda desestabilizar de nuevo y golpear a las empresas que tienen contratos activos. La situación actual de la industria de la construcción es crítica y necesita medidas urgentes para su recuperación