De acuerdo con datos de la Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantarillado del Estado de Sinaloa, año con año son más de 350 comunidades en la entidad sufren los estragos de la sequía durante los meses de abril, mayo, junio y parte de julio, lo que afecta a cerca de 120 mil personas anualmente.
Para hacer frente a la temporada de estiaje en Sinaloa, que este año coincide con la emergencia sanitaria por COVID-19, convirtiendo el acceso al agua potable en un tema de mayor relevancia, la CEAPAS puso en marcha el Programa Emergente Sequía, para el cual tuvo que solicitar de manera extraordinaria al Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Administración y Finanzas $5 millones de pesos ya que en el Presupuesto para este año no se destinó recurso alguno para atender esta problemática.
A través de este Programa se busca abastecer de agua potable, mediantes pipas, a las comunidades cuyos mantos acuíferos se quedan sin agua.
En 15 de los 18 municipios de la entidad, hay comunidades que presentan problemas de estiaje, siete de ellos atendidos por este programa, y los 8 restantes a través de las juntas municipales de agua.
En el caso de la capital Sinaloense, actualmente la Junta de Alcantarillado y Agua Potable (JAPAC) está atendiendo a 32 comunidades.
Pese a las declaraciones del Gerente de JAPAC, donde presume estar llevando agua potable a las comunidades afectadas, los habitantes de esas zonas señalan que no ha sido suficiente el esfuerzo de este organismo, ya que no llevan el vital líquido con regularidad ni llega de manera eficiente a todos los hogares para resolver la escasez que tanto les afecta, y se ven obligados a buscar otras alternativas.
"Pero son contadas a las que les traen agua, pero ahorita no hay ni una gota de agua en Carrizalejo? no sé para cuándo irá a haber" Feliciano Beltrán, Afectado por el estiaje.
"Y así el agua igual también, ahorita nada menos está saliendo un chorrito... es mucha batalla" María Eva Martínez, Afectado por el estiaje.
Es por ello que ansiosos, los vecinos de estas comunidades, esperan las lluvias para aprovechar y llenar contenedores que les permitan tener agua para realizar actividades básicas como bañarse, lavar la ropa, las labores de limpieza en los hogares, e incluso preparar de manera más higiénica sus alimentos.
