Los esfuerzos para controlar la pandemia de Coronavirus han reducido la actividad económica y con ello han tenido como efecto secundario, mejoras en la calidad del aire pues en China el análisis realizado por Carbon Brief mostró una reducción del 25% en las emisiones de CO2 durante 4 semanas, en Italia la reducción gradual fue del 10% por semana, según el Servicio de Monitoreo Atmosférico Copérnico de la Unión Europea, esta situación se verá también reflejada en nuestro país pero a menor cantidad pues difícilmente los transportes de carga pararan su actividad y la actividad laboral no se frenará por completo debido a debilidad económica que tiene México, aseguró Carlos Álvarez, Consultor Ambiental.
Una vez que la OMS ha declarado a México en segunda Fase del COVID-19, las medidas de contencion serán más estrictas, sin embargo, hay otros fenómenos dd temporada como la quema de esquilmos e incendios forestales que no frenaran y que tambien representan un impacto en la calidad del aire, señaló Sandra Denisee Herrera Flores, Subsecretaria de Gestión Ambiental, Cambio Climático y Sustentabilidad Energética de la SMAOT en Guanajuato.
Después de la Zona metropolitana del Valle de México 72.1%, Zona Metropolitana de Guadalajara 59.2%, Área Metropolitana de Monterrey 58.4% y Zona Metropolitana del Valle de Toluca 52.3%; Celaya 47.9%, Irapuato 39.5%, León 31.8% y Salamanca 30.1% son las ciudades que a nivel nacional registraron mayor porcentaje de días en los que se incumplió al menos una Norma Oficial Mexicana de la Calidad del Aire en 2018 según el Informe Nacional de la Calidad del Aire en México.
Durante la contingencia la calidad del aire podría mejorar en el país, aunque esta disminución puede ser temporal y se pronostica qué podría revertirse una vez que se reactiva en las economías a nivel global, pues el uso de combustibles fósiles continúa siendo la fuente energética que mueve la economía en nuestro país.
El más reciente balance energético en México reporta que los hidrocarburos aportaron 87.2% de la producción de energía primaria en 2015, donde el petróleo representó el 61.3%, el gas natural 24.6% y el carbón 3.4%.