Dos migrantes mexicanos, fueron encontrados sin vida por la Patrulla Fronteriza, en el desierto de Arizona.
Los hermanos Mendoza, Edgar de 37 años y Carlos Enrique de 23 años, originarios de Tuxtepec, Oaxaca, fueron abandonados por un traficante de personas en el desierto de Arizona donde murieron de hipotermia y deshidratación.
Ambos, partieron en busca del sueño americano. Fue su padre, Facundo Mendoza, quien recibió la llamada del "coyote", dónde le comunicó que los había abandonado, ya que el hijo menor, Carlos no aguantó la caminata y Edgar decidió no dejarlo solo.
Los cuerpos fueron hallados abrazados. Hasta el final de su vida los hermanos no se abandonaron.
"La ley de la vida es así en el desierto: si te quedas, te quedas", le dijo el traficante a su padre. "¿Estás seguro de que vas a aguantar??", preguntó el hombre a uno de sus hijos antes de salir: "Me dijo: ?Sí, papá. Yo le voy a echar muchas ganas y lo voy a hacer por mis hijos y mi esposa".