Ciudad de México, 22 dic (EFE).- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) facilitó el acceso al agua a más de 6.000 familias de 44 comunidades rurales e indígenas del centro y sureste de México, paliando así la falta de acceso a agua potable que la pandemia de la covid-19 puso al descubierto.
El proyecto, llevado a cabo junto a la Fundación FEMSA y Ayuda en Acción México, se focalizó en los estados de Campeche, Chiapas, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tabasco y Yucatán, informó Naciones Unidas en un comunicado. "La pandemia de la Covid-19 puso al descubierto la falta de acceso a servicios de agua potable, así como las necesidades y vulnerabilidad hídrica en la que viven más de 5 millones de personas en México, principalmente, en zonas rurales y regiones indígenas", expuso el documento.
Con una inversión total de 8 millones de pesos (unos 408.000 dólares), las organizaciones implementaron 321 acciones en 44 localidades, que permitieron alcanzar a cerca de 23.000 personas y que cada familia beneficiaria tenga acceso a 200 litros diarios. Entre las acciones se incluyeron la instalación de sistemas de captación de agua de lluvias, la reparación e instalación de refacciones en la red pública de agua potable y el mejoramiento del suministro y distribución de agua a nivel domiciliario.
También estuvieron focalizadas en la instalación de estaciones de lavado de manos, montaje de filtros de purificación del agua, reforestación estratégica en zonas de recarga hídrica y protección ambiental de fuentes naturales de agua. "Las ecotecnias también nos permitieron asegurar la conservación de los ecosistemas y beneficiar a todo el entorno. Juntos y juntas promovemos el derecho de acceso al agua, hoy y mañana, para las nuevas generaciones", dijo la directora general de Ayuda en Acción México, Tania Rodríguez, sobre el trabajo llevado a cabo.
Por su parte, el gerente de desarrollo sostenible de la Fundación FEMSA, Carlos Hurtado, incidió en "el fuerte vínculo que existe entre el agua y la salud, desde el lavado de manos hasta su ingesta y su uso en la producción y preparación de alimentos", hechos que quedaron en evidencia a partir de la pandemia del coronavirus. Asimismo, se capacitó técnicamente a las personas que viven en dichas comunidades para instalar, mantener y reparar la nueva infraestructura hídrica.
De acuerdo con los testimonios de personas beneficiarias recogidos en el comunicado, el proyecto permitió que el agua llegase a todas las viviendas de la localidad de Acalapa, en el estado de Puebla, y evitó en otros lugares que las mujeres tuviesen que caminar largas distancias para acceder a ella.
"Las mujeres somos las más interesadas en resolver la falta de agua. Caminamos entre cerros para llegar al manantial, cargando en la espalda 40 litros y al niño. (Ahora) no tenemos esa preocupación diaria, nos quitamos ese peso de la espalda", subrayó un miembro sin identificar del Comité del Agua de Mujeres de la localidad de Luquilhó, en el sureño estado de Chiapas. EFE