Emblema de la Revolución mexicana o bandolero, amado u odiado, ensalzado y denostado. A 100 años de su muerte, Pancho Villa es una de las figuras más relevantes de la historia de México y, sin embargo, sigue siendo escrutado y perseguido por sus claroscuros.
Para Guadalupe Villa, nieta del revolucionario e historiadora que ha dedicado más de 40 años a su estudio, esa dualidad entre el bien y el mal le perseguirá por siempre.
"En la historiografía siempre vamos a encontrar esa dualidad: el bandolero o el de la bonhomía, que se preocupa por los pobres, por la educación de los niños y jóvenes. Eso nunca va a cambiar", explicó en entrevista con EFE con motivo de su centenario luctuoso, que se cumple este jueves.
Aunque muchas veces la acusen de justificar la vida de su abuelo, ella reconoce sus dos caras: la del joven bandolero y el hombre violento con las mujeres, pero también la del líder revolucionario que veló por el desarrollo de México y sus más desfavorecidos.
"Sí, fue un bandolero. Él cuenta que a los 16 años se tuvo que juntar a un grupo de bandoleros porque tenía que unirse a alguien para sobrevivir. Si uno no se pone en esa época mentalmente, esto no se entiende", subrayó.
Aunque desde ese revisionismo histórico es imposible que la figura de un hombre que ordenó violaciones y asesinatos pueda sostenerse, la historiadora pidió tener en cuenta el contexto social del México de finales del siglo XIX y principios del XX.
"Hay campañas de mujeres diciendo que era un macho, y sí, lo fue: en esa época los hombres eran machos, violentos, controladores. Se le juzga con los ojos de ahora, pero entonces no había derechos humanos, ni se conocían ni ejercían con el concepto que ahora tenemos", replicó.
La campaña de desprestigio historiográfico, sin embargo, viene de mucho más atrás, desde que le culparon del resquebrajo de la Revolución mexicana. Pasan los años y su figura nunca acaba de ser gris, siempre es blanca o negra.
Los estudios biográficos de autores como el austriaco Friedrich Katz (1998), el hispano-mexicano Paco Ignacio Taibo II (2006) o de las propias nietas de Villa -Guadalupe y Rosa Helia-, no obstante, han permitido contemplarlo como un ser humano y no solo como el protagonista de una inmensa estatua de bronce situada en la ciudad de Parral, estado de Chihuahua, norte de México.
"Va cambiando su figura, se le va viendo con una luz más favorable, pero nunca faltan aquellos que le siguen denostando. Mi cruzada en esta vida es hablar de las cosas que hizo bien, porque las hizo", insistió Guadalupe.
VILLA VIVE
Nacido en 1878 en el norteño estado de Durango con el nombre de José Doroteo Arango Arámbula, la vida de Villa estuvo estrechamente ligada a la lucha armada y como comandante de la División del Norte se ganó un hueco en la historia de la Revolución mexicana (1910-1917).
Aunque tal vez el aura épica que rodea su figura alcanzara su cénit cuando en 1916 trató de invadir territorio estadounidense, si se mantiene vivo en el corazón de tantos mexicanos es por su lucha social.
"Villa nació pobre, probablemente fue un niño maltratado, que no estudió, que tuvo carencias económicas y afectivas, y logró remontar con esfuerzo, trabajo y dedicación. Eso lo llevó a dimensionar lo que iba a pasar si se reproduciría todo eso: cuando le preguntaban cómo sacar el país adelante, él decía que con trabajo y educación", incidió su nieta.
"Sigue vivo en la mente de los mexicanos porque mucha gente que sufre pobreza, injusticias y persecución, que siente que no es tomada en cuenta, se identifica con él", agregó.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador decretó que 2023 sería el año del general Francisco Villa.
Su rostro, perfilado por un característico bigote, todavía se plasma en camisetas; su nombre resuena cuando los mexicanos salen a las calles a reivindicar sus derechos; y su vida toma las pantallas.
Aprovechando la efeméride de su asesinato -recibió varios disparos mientras manejaba su auto por Chihuahua, estado del que fue caudillo y gobernador-, se estrenan una serie televisiva y una radionovela sobre su figura.
Además, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), dependiente de la Secretaría de Cultura, organizó un conversatorio sobre los aspectos menos conocidos de su vida, acompañado de una exposición de 26 obras artísticas.