Panteón San Juan, un legado de historia en el abandono

Las tumbas del panteón San Juan Nepomuceno en Culiacán, que en su momento fue conocido como "el panteón de los ricos", resguardan gran historia y a los difuntos más antiguos de los que se tiene registro en la ciudad.

Fundado el 13 de mayo de 1844, fue inaugurado por el séptimo Obispo de Sinaloa Lázaro de la Garza y Ballesteros, no obstante la tumba más antigua data de 1849, y pertenece a Rafael de la Vega, quien fue gobernador de Sinaloa.

De acuerdo con el investigador de panteones y cronista Luis Antonio García Sepúlveda, la antigüedad de muchas de las criptas de este cementerio lo convierte en patrimonio histórico que debe ser preservado, ya que es el único panteón que cuenta con monumentos funerales históricos.

Explica que en este camposanto descansan los restos de importantes personajes como gobernadores, rectores de la Universidad, empresarios, escritores, entre otros, de quien cuenta anécdotas muy interesantes.

Entre estos datos importantes, destaca la presencia de la tumba de la familia Buelna, donde por 22 años descansaron los restos de Rafael Buelna Tenorio, mejor conocido como "el Granito de Oro", los cuales fueron trasladados en 1957 a la Rotonda de los Sinaloenses Ilustres, al igual que los de su tío el General Eustaquio Buelna, cuya ex tumba ahora pasa desapercibida porque no cuenta con una placa que recuerde que ahí estuvo el General.

También en este lugar, relata, se encuentra la cripta del único presidente municipal de Culiacán que ha muerto en funciones. Se trata del doctor Mariano Romero Ochoa, quien se ahogó en la presa Sanalona en 1948.

Por todo esto, García Sepúlveda lamenta que el paso del tiempo y el abandono han conseguido que esa parte tan importante de la historia vaya quedando en el olvido.

"Bueno mira, en cuestión de seguridad tenemos un pequeño problema, si las autoridades no se dan abasto para cuidar a los vivos, mucho menos para cuidar a los muertos" Luis Antonio García Sepúlveda, Investigador de Panteones y Cronista.

El deterioro natural de las tumbas y capillas, sumadas al vandalismo de que han sido víctimas, han hecho que los recintos que guardan o guardaron los cuerpos de personajes de gran relevancia histórica pasen desapercibidos como una loza de cemento más, sin tener el reconocimiento que su valor histórico les otorga.

"Quien conoce la historia de ciudad, ama su ciudad... conocer la ciudad significa conocer su historia, y en estas tumbas se encuentran también la historia de su ciudad" Luis Antonio García Sepúlveda, Investigador de Panteones y Cronista.