Pese a la contingencia y a los llamados de las autoridades de quedarse en casa, personas de la tercera edad siguen vendiendo sus productos en el mercado de la rotonda.
Mencionaron, que la necesidad es más grande que el miedo y no les queda de otra más que trabajar para llevar comida a sus casas.
Comentan, que de sus ventas comen diariamente y no pueden dejar de trabajar, dado a que tampoco reciben apoyo del gobierno.