A pesar del grave riesgo de salud que representa la presencia de aficionados en los estadios, las autoridades en Sinaloa se empeñan en poner el interés económico por encima del bienestar de los ciudadanos, al permitir que haya público tanto en los estadios de beisbol como en los de fútbol.
Mientras en otros países importantes ligas deportivas anuncian que por disposición del Gobierno se suspenden los juegos con público por el rebrote generalizado de los contagios, en Sinaloa el Gobernador Quirino Ordaz Coppel rechaza esta opción, insistiendo que es importante reactivar la economía y comenzar a retomar la cotidianeidad.
Desde el primer día de la apertura de estadios en la entidad, se ha observado cómo se rompen totalmente los protocolos sanitarios, permitiendo las aglomeraciones, el acceso a menores y a personas sin cubrebocas, y en casos más extremos generando grave desorden.
Ejemplo de esto fue el primer juego de la liga profesional de beisbol en Culiacán donde un hombre bailaba por los pasillos del estadio mientras era bañado en cerveza y vitoreado por el resto de los asistentes. O el caso del estadio de fútbol de Mazatlán donde hace algunos días fueron detenidas 30 personas por alterar el orden, particularmente, por no respetar las medidas sanitarias.
Pese a todo esto se descarta que se dé el cierre de estos espacios, pues las autoridades insisten en que es necesaria la reactivación económica.
Y aunque las autoridades han sido criticadas por estas decisiones, incluso a nivel federal la recomendación ha sido retrasar la apertura el mayor tiempo posible, pues es una gran irresponsabilidad poner en riesgo de contagio a miles de personas que visitan estos espacios, en Sinaloa los estadios continuarán recibiendo a los aficionados.