Productores lecheros del municipio de Arriaga se quejaron que también ellos ya están empezando a sufrir, debido a que algunos de sus empleados renunciaron a sus trabajos de la ordeña con el argumento que no quieren salir de sus casas para no infectarse de Covid-19. Ante la falta de personal sus vacas no son ordeñadas y esto repercute, en las ganancias semanales, que son muy bajas.