La víspera del Día de Reyes para los habitantes del refugio del Buen Samaritano pintaba un panorama poco alentador, porque a tan solo un día de esta celebración, no había voluntarios para donar la tradicional rosca.
Jorge Castillo, encargado de las operaciones del lugar, comenta que la nostalgia es la frecuente compañera de estos abuelitos, la cual se recrudece en estas fechas que son de celebración familiar, pues para ellos es un recordatorio del abandono en el que se encuentran.
Es por ello que a través de sus redes sociales convocaron a la ciudadanía a donar rosca y chocolate caliente para que este Día de Reyes hubiera un momento de convivencia y alegría entre los adultos mayores, llamado que fue favorablemente respondido.
Añadió que este tipo de acciones, principalmente en estos días, ayuda a los abuelitos a olvidar la tristeza que embargan en sus corazones, ya que además de disfrutar lo que les regalan, se sienten cobijados y queridos por quienes visitan el lugar.