Rusia y Ucrania se enzarzaron este jueves en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU convocada por el primer país para criticar el suministro de armas de Occidente y en especial de Estados Unidos a la nación en guerra, que por su parte reivindicó que trata de "sobrevivir".
La reunión comenzó con una advertencia de la Alta Representante para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu, sobre "reportes de que el suministro de armas y munición se ha acelerado y ampliado de cara a la contraofensiva de las Fuerzas ucranianas", y reclamó más "control" por el riesgo de que las armas se "desvíen".
También habló de "alarmantes reportes de transferencias de armas a las Fuerzas rusas para su uso en Ucrania, incluyendo vehículos de combate aéreos no tripulados y munición".
Recordó que desde el inicio de la guerra hasta ahora, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos ha registrado casi 9.100 muertes y 15.800 heridos civiles en Ucrania, la mayoría como resultado de "armas explosivas con efectos en áreas amplias", con el ejemplo más reciente en Kramatorsk, este martes.
A ese respecto, el representante ruso, Vasili Nebenzia, opinó que los aliados occidentales se han convertido es una suerte de "empresa militar privada" con "beneficios desorbitantes" a costa de las muertes de las tropas de Rusia en el conflicto mientras siguen "culpando" a Moscú "de todo lo que pasa en Ucrania".
"Occidente está entregando armas, formando batallones, dando inteligencia y autorizando los ataques, pero al mismo tiempo dicen que no participan en el conflicto, que son neutrales", señaló.
Invitado a participar al final de la sesión, el embajador ucraniano Sergiy Kyslytsya aseguró que "Rusia tiene suficientes armas para atacar a Ucrania en cualquier momento, mientras Ucrania no tiene para defenderse", por lo que frenar el flujo de ayuda militar supondría que Rusia pueda atacar de forma "constante y sin límite".
"Que Ucrania reciba armas no fue el motivo de que tres chicas jóvenes murieran asesinadas por Rusia en Kramatorsk: fue que Rusia aún tiene armas y voluntad de matar", dijo Kyslytsya sobre ese ataque, en el que hubo 12 fallecidos y 60 heridos, según Kiev.
"Insto a quienes están preocupados por la transferencia de armas a zonas de guerra que no olviden la diferencia entre el agresor y el que lucha por sobrevivir", agregó, arremetiendo contra su homólogo ruso, que sostuvo que la etiqueta de "agresor" que se impone a Rusia no tiene carácter "jurídico" sino "político".
El representante estadounidense Robert Wood arremetió contra los argumentos rusos de que el apoyo de medio centenar de países a Ucrania sea una "amenaza" ara la paz y seguridad internacionales -ese era el título de la reunión- y consideró que Moscú intenta "reescribir hasta los datos más simples de este conflicto".
"Estamos comprometidos a garantizar que Ucrania puede ejercer su derecho a la legítima defensa en esta guerra brutal e ilegal de Rusia, al tiempo que trabajamos para garantizar que las armas que los aliados le entregan no sean desviadas a manos equivocadas", apuntó Wood.
Respaldaron a Ucrania la decena de países que intervinieron, entre ellos Francia y Reino Unido, que pidieron una resolución al conflicto, mientras que China, simpatizante de Rusia, ofreció una respuesta corta y templada en la que reclamó "negociaciones y no enfrentamiento", y se ofreció a ser un "facilitador" de la paz.
La responsable de Desarme, por otra parte, sonó la alarma contra los "ataques continuados e intensificados a infraestructura y servicios críticos" ucranianos, incluyendo de energía, salud y educación, carreteras y puentes, y agregó que las minas y restos explosivos están contaminando terrenos agrícolas y obstaculizando el movimiento.