Con un inicio acelerado y brusco como nunca antes, pero desplegando su elegante estilo habitual, Toni Kroos se despidió de su carrera en los cuartos de final de la Eurocopa.
El marcador final fue de 2 - 1, ganando España y quedando fuera Alemania de la Eurocopa.
La Eurocopa, el único título que falta en la vitrina de Kroos, llegó a su fin anticipadamente para el fino centrocampista alemán. Tras una exitosa fase de grupos, cada partido de la Eurocopa se convirtió en una posible final para el exjugador del Real Madrid. Sin una red que pudiera sostenerlo, cualquier error significaba una despedida sin retorno. Su objetivo de devolver la gloria a Alemania no se cumplió, por lo que no pudo despedirse a lo grande, como lo hizo en el Real Madrid tras ganar una Liga de Campeones, una Liga y una Supercopa de España.
A pesar de ello, Kroos se marchó con el reconocimiento de todos los aficionados al fútbol. Durante su participación en la Eurocopa, cada uno de sus pases, casi siempre precisos, marcó el ritmo de su selección, recibiendo constantes elogios. Cuatro ciudades alemanas pueden presumir de haber acogido su cuenta atrás: Múnich, Stuttgart, Frankfurt, Dortmund y nuevamente Stuttgart en su último partido. Estas fueron las etapas de su transición hacia una vida tranquila en Madrid.
Seguramente, los títulos que más orgullo le generan a Kroos son el Mundial de Brasil 2014, conquistado con Alemania, y sus seis Ligas de Campeones (cinco con el Real Madrid y una con el Bayern). Tal vez estos fueron el cenit de la carrera de un jugador que se formó en el club alemán, del cual salió debido a la dejadez de sus dirigentes, en una de las decisiones más desafortunadas de la historia del fútbol, comparable a cuando la discográfica Decca rechazó a The Beatles. EMI acogió a los 'Fab Four' como el Real Madrid lo hizo con Kroos en 2014 por una suma irrisoria de 25 millones de euros.
El centrocampista alemán llegó al Real Madrid con 24 años, justo después de ganar el Mundial. Ambas partes iniciaron una relación que se prolongó una década, una de las más fructíferas en la historia del Real Madrid, que a su ritmo recordó tiempos pasados de gloria internacional. El Real Madrid de Kroos, Modric y compañía acumuló seis Ligas de Campeones en una década, cuatro de ellas en cinco temporadas (2014-2018), casi como el periodo de 1956-1960, cuando el club blanco ganó cinco Copas de Europa consecutivas.
Tuvo que ser España, su querida España, quien le arrebatara la posibilidad de terminar su carrera con el último título que le faltaba. Con el gol de Mikel Merino en el minuto 119 de la prórroga, España confirmó de la manera más cruel posible la crónica de una despedida anunciada. La fecha y el lugar estaban fijados, el 14 de julio en Berlín, pero Kroos no pudo saborearlo. El último pitido del árbitro Anthony Taylor marcó el final de un hombre que se despidió con honores, consciente de que el reloj había terminado con la carrera del maestro del "tempo".
