En este primer trimestre de 2022, se ha hecho presente la disminución del poder adquisitivo en la mayoría de los hogares mexicanos; los constantes incrementos de los productos y servicios en general, han obligado a la ciudadanía a estirar el gasto.
Desde hace 18 años, la señora Argentina Arroyo, locataria del mercado Hidalgo de la ciudad de Veracruz, se dedica a la venta de piñatas, dulces tradicionales y juguetes, aunque gracias a su negocio mantiene a su familia, narra lo complicado que ha sido salir adelante.
De acuerdo al Centro de Análisis de la Facultad de Economía de la UNAM, en 30 años la población mexicana ha perdido hasta un 80% de su poder de compra, por ello a pesar de que hubo un aumento al salario mínimo, afirman que esto no ha servido de mucho.
No hay mexicano que se salve de la incertidumbre, ante una economía poco estable. El señor Javier castañeda taquero de oficio, ha buscado la manera de disminuir las afectaciones a su negocio,por el alza de los precios.
Aunque a inicios de año el salario mínimo aumentó 22 por ciento y pasó de 141.70 pesos a 172.87 pesos diarios, noticia que se anunció como un logro del gobierno federal, de acuerdo a la Comisión Nacional de los salarios Mínimos del país, solo el 12 por ciento de los trabajadores gana esta cifra.Al parecer, no hay medida que pueda con el imparable aumento de precios en México.
Mientras que a inicios de año los salarios que entregan las empresas a los trabajadores sindicalizados o bajo un contrato colectivo, que conforman alrededor del 60 por ciento del ingreso de los empleados formales tuvieron un incremento nominal de 6, 7 por ciento en febrero, tras el efecto de la inflación, se traduce en una pérdida en el poder adquisitivo de -1,34 por ciento.
Los esfuerzos del Gobierno como los estímulos fiscales y el aumento al salario mínimo de poco han servido, ante la falta de estrategias reales que disminuyan el impacto en la economía de los mexicanos.