Desde hace cuatro años que Roxana Valenzuela Loret, de 53 años, padece de secuelas a causa del COVID-19 que sufrió en julio de 2020.
Las secuelas que sufre son perder la memoria de varios momentos de su vida, dolor de huesos y fibrosis pulmonar.
"Todavía, a pesar de que ya pasaron cuatro años, tengo muchas lagunas de cosas que de verdad no me acuerdo, incluso, mis hijos me dicen: mamá pasó esto. Pues, no me acuerdo", contó.
Roxana cada vez que se enferme de gripa, se intensifican los dolores de las secuelas, dejándola hasta cinco días en reposo absoluto.
Aunque está en tratamiento médico por parte del Hospital "Fernando Ocaranza" del Issste, en Hermosillo, platicó que ha aprendido a conocer sobre las escuelas y sobrellevarlas para continuar con su vida.
La madre de familia no solo ha tenido que vivir con las secuelas, sino también sobreponerse diariamente a la muerte de su papá y su esposo que fallecieron de COVID-19 a los pocos días que ella fue diagnosticada con la enfermedad.
Alberto Monteverde Maldonado, médico alergólogo e inmunólogo, informó que las secuelas de COVID-19 permanecerán toda la vida en las personas que las padecen.
"Cuando hablamos de secuelas, es algo que ocurrió por el COVID, que afectó algún órgano y que ya ese órgano así se quedó, que ya no va a mejorar el paciente", dijo.
El también médico tratante de paciente con COVID-19 señaló que algunas de las secuelas son la fibrosis pulmonar, daños renales, problemas gastrointestinales y cardiopatías.
Los pacientes deben tener un tratamiento y con chequeos médicos de seis a un año, según el tipo de secuela y su intensidad de dolor.