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05 de Noviembre del 2024
Política

Tlatelolco 1968: un crimen que aún clama justicia

Tlatelolco 1968: un crimen que aún clama justicia

La masacre de Tlatelolco: un crimen que el Estado reconoce 56 años después.

El 2 de octubre de 1968, la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco se convirtió en el escenario de una de las tragedias más dolorosas en la historia de México. Ese día, el Ejército mexicano, bajo órdenes del gobierno, abrió fuego contra una multitud de estudiantes que protestaban en favor de libertades democráticas y mejores oportunidades. Cientos de jóvenes fueron asesinados o desaparecidos, dejando una herida abierta en la memoria colectiva de la nación.

En un video que aún genera controversia, el expresidente Gustavo Díaz Ordaz, quien gobernaba el país en ese momento, expresó su orgullo por las acciones que tomó durante su mandato, señalando específicamente el año de la masacre: "De lo que estoy más orgulloso de esos seis años es del año 1968, porque me permitió servir y salvar al país, les guste o no les guste".

Este episodio, que tuvo ecos en todo el mundo, ha sido recordado como un punto de inflexión en la historia moderna de México. Tomás Ledesma, un artista gráfico clave en el movimiento, diseñó carteles que se convirtieron en símbolos de resistencia. "Esa frase a mí se me ocurrió en ese momento de la noche: 'detrás de cada estudiante muerto hay una madre que clama justicia: Tlatelolco 2 de octubre'", declaró el artista en un video.




En octubre de 2024, más de medio siglo después de los hechos, el Estado mexicano, bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, reconoció oficialmente que la masacre fue un crimen de lesa humanidad. La consejera jurídica de la presidencia, Ernestina Godoy, anunció el reconocimiento formal: "En nombre y representación del Estado mexicano se reconoce políticamente que los actos de violencia gubernamental perpetrados el 2 de octubre de 1968 en contra de integrantes del heroico movimiento estudiantil fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad".

A pesar de este reconocimiento, las masacres e intimidaciones contra estudiantes en México no se detuvieron. En 1971, el llamado "Halconazo" fue otra represión estudiantil violenta. Décadas más tarde, en 2014, la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa conmocionó nuevamente al país. En Coahuila, los estudiantes también han enfrentado represiones, como la toma de instalaciones de la Universidad Autónoma de Coahuila por parte del Ejército en noviembre de 2014.

Para Armando Navarro, sobreviviente de la masacre de Tlatelolco, el recuerdo sigue vivo. "Salimos de la unidad corriendo mucha gente y en eso un helicóptero nos dispara con una metralleta... calculamos que al menos fueron 500 [muertos], otras versiones hablan de mil personas", relató en un testimonio reciente.




El legado del movimiento estudiantil del 68 sigue siendo un referente de lucha. Federico Gutiérrez, coordinador de un evento conmemorativo, destacó: "Esa masacre cerró un ciclo, marcó una época de represiones... Tenemos que recuperar la memoria de las luchas estudiantiles, populares y sindicales".

El 2 de octubre de 1968 no ha sido olvidado. Las heridas que dejó siguen abiertas, y para muchos mexicanos, el reconocimiento oficial no es suficiente. El eco de las balas y los gritos de justicia continúan resonando en la memoria colectiva de un país que aún clama por verdad y reparación.






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