Esta declaración se produce después de que Israel anunciara el fin de la cooperación con la UNRWA, prohibiendo por ley su operación en su territorio. Fowler enfatizó que, a pesar de las estadísticas que intentan desacreditar a la UNRWA, su labor es fundamental para mantener la asistencia en Gaza.
Fowler calificó la nueva ley israelí como un "atropello" que incumple las obligaciones de Israel según la Carta de las Naciones Unidas y las decisiones de la Asamblea General y de la Corte Internacional de Justicia. La cancelación de la colaboración entre Israel y la UNRWA es un paso significativo que podría afectar a millones de palestinos en Gaza, quienes dependen de la ayuda humanitaria.
El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, informó sobre la cancelación del acuerdo de 1967 con la UNRWA, y detalló que el Parlamento israelí prohibió que esta agencia operara en su territorio y mantuviera contacto con entidades israelíes. Esta situación impedirá que los empleados de la UNRWA obtengan visas o accedan a Gaza, lo que limita gravemente su capacidad de asistencia.
Danon justificó esta medida afirmando que Israel había presentado pruebas de que Hamás se infiltró en la UNRWA. Sin embargo, la ONU no ha tomado medidas al respecto, según su versión. A pesar de la cancelación de la cooperación con la UNRWA, Danon aseguró que Israel colaborará con otras organizaciones humanitarias que no estén asociadas con "la promoción del terrorismo".
Las tensiones entre Israel y la UNRWA se han intensificado desde los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. Israel ha intentado dañar la reputación de la UNRWA, alegando que el 10 % de sus 30,000 empleados eran miembros de Hamás. Sin embargo, esta afirmación fue desmentida por una investigación independiente, aunque no sin antes provocar la congelación de fondos por parte de varios países, incluido Estados Unidos.
Desde 1949, la Asamblea General de la ONU ha renovado cada tres años el mandato de la UNRWA, que proporciona servicios educativos y sanitarios esenciales a refugiados palestinos que huyeron o fueron desplazados durante la guerra árabe-israelí de 1948. Actualmente, cerca de cinco millones de refugiados palestinos y sus descendientes viven en Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria, dependiendo de la asistencia de la UNRWA.
La decisión de Israel de poner fin a la cooperación con la UNRWA podría tener consecuencias devastadoras para estos refugiados, quienes ya enfrentan condiciones difíciles. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrollará esta situación y su impacto en la estabilidad humanitaria en Gaza.