La gestación subrogada es un proceso por el cual una mujer lleva en su vientre a un bebé que se formó de un embrión con espermatozoides donados; una práctica que genera polémica en la ciudadanía.
Uno de los grupos que se han mostrado más renuentes a aceptar la práctica de la maternidad subrogada han sido los colectivos feministas; pues defienden que los estudios realizados sobre este tema no toman en cuenta las afectaciones psicológicas que el proceso tiene las mujeres que alquilan su vientre.
Algunos expertos acusan además que en medios de comunicación y entretenimiento desde hace años se ha trabajado en la romantización de este proceso, dejando de lado las implicación psicológicas, emocionales y económicas del mismo.
A pesar de que en el Congreso de la Unión se han presentado diversas iniciativas para regular la gestación subrogada, México no tiene un política federal sobre esta práctica dejando la regulación de la misma a los Estados.
Como consecuencia de esto, solo dos Estado en todo el país contemplan la maternidad subrogada en su legislación; Tabasco y Sinaloa, siendo este Estado el que se ha convertido en el destino de personas que desean alquilar un vientre con un respaldo legal.
En 2023 desde la Suprema Corte de Justicia se hizo un llamado para que desde el poder legislativo se atienda el tema, a raíz de esto en agosto de 2024 se llevó a cabo un diálogo en el Congreso de la Unión, sin embargo hasta el momento no hay una resolución sobre la legalidad de esta práctica.
Actualmente tan solo en Sinaloa se han realizado 146 contratos de maternidad desde el 2017 al 2024, siendo de los pocos Estados que han legislado sobre esta práctica, la ley del Estado contempla que solo pueden alquilar su vientre las mujeres que se encuentran entre los 25 y 35 años de edad y que la persona no puede tener ningún problema de adicciones.
Precisamente las adicciones y la situación económica dejan en una situación vulnerable a mujeres que podrían sentirse presionadas por estos factores para alquilar su vientre.